Mark de visita en casa.

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(...)

Narra Abigail

La alarma sonó por segunda vez y estire mi mano para apagarla. Abri mis ojos y los talle con mis puños. Me estire. La puerta se abrio.

-Hija hoy no tienen clases. Pero tienes visitas. Vístete agradable.-Asentí y esta salió de mi habitacion. Me levante de la cama y como en frente de esta hay un espejo  me mire y sonreí.

-Bueno de algo estoy clara y es que este cuerpo necesita un buen baño y mucha energía.-Dije a mi misma mirando mi cuerpo en el espejo. Me levante de la cama y me fui a duchar. Luego de algunos minutos salí de la ducha con mi cabello mojado. Me vestí con un jean con rotos y una camisa negra. Me puse mis zapatillas blancas y me trence mi cabello. Salí de mi habitacion y baje las escaleras. Se escucharon unas risas y yo sonreí. Llegue a la cocina y deje de sonreír automáticamente.

-¡Hija! Que alegría que bajaste, mira te vinieron a visitar.-Mark se giro y me sonrio.

-Hola, Abigail.-Me sonrio y acomodo su cabello revoltoso.

-Hola, Mark.-Camine hasta donde estaba mi madre y la mire con la cara más seria. Me acerque a su oido.-¿Por que lo dejaste entrar?-Esta levanto sus hombros y sonrio alegre.

-Y dinos Mark, ¿Eres un chico muy sociable o poco sociable?-Este sonrío y sus ojos brillaron.

-Soy muy sociable señora Lenin pero nunca me he atrevido a hablar con la chica que me gusta hasta hacen unos días.-Me miro y sonrio.

-¿A si? Y dime, ¿Esa chica es super especial o es solo un juego?-Lo mire con mis ojos entre cerrados.

-No, no es un juego. Literalmente me enamore de ella desde el primer momento en que la vi. Y no, nunca he jugado con los sentimientos de una mujer, jamás lo haria.-Su mirada se oscureció.

-Ah okey.-Dije un poco ¿asombrada? No.

-Sip.-Estuve mirandolo como media hora y este a mi.

-Bueno hija, tengo que irme, espero que tengas un buen día. Recuerda que tienes que estudiar de matemáticas.-Asentí rodando los ojos. Esta se fue a trabajar y me dejo sola con Mark.

-¿Por que me persigues? Vienes a mi casa como si ya fueras familia. ¿Quien te crees?-Este me miro como un poco timido. ¿Donde esta el fiestero y popular?

-Solo venía a visitarte pero si quieres que me vaya yo...-Lo detuve.

-No, tranquilo. Quédate pero recuerda que no soy una chica normal. Así que.-Este se me acerco demasiado.

-Nos me importa si eres normal.-Lo aparte.

-Mark si tuvieras que ver mi punto de vista tal vez dirías que estoy en lo cierto. Pero eres Mark y eso no te va a detener nunca. Eres asi, atrevido y estúpido. ¿Tratas de hacer cambiar a la gente siempre?-Este asintió.

-Y más cuando las amo, me gustan o me atraen.-Se me acerco mas pero yo volví a empujarlo.

-Te dejare algo en claro, que sea inofensiva no quiere decir que sea estupida o que no tenga cerebro. Se que quieres algo más conmigo y no, no quiero nada contigo...-Me interrumpio.

-No, no quería algo más contigo ni quiero. Solo quiero hacer amigas...-Esta vez lo interrumpi yo.

-Pues no es necesario seguirme hasta mi casa, entrar por la ventana, conocer a mi madre y pegarte demasiado a mi para ser amigos.-Se quedó callado.-No quiero problemas, comprende que tu tienes que estar con las chicas flacas, con las de buen fisico. Por que yo no lo soy. Así que si buscas una amiga, pues entonces que no sea yo.-Este bajo la cabeza y nego.

-No quiero verme como un acosador ni como que me gustas. Solo quería saber donde vivías para...-Otra vez lo interrumpi.

-Para ver si tenía mucho dinero como los demás de tu grupo.-Este subió la cabeza y me miro con una ceja levantada.

-Que te quede claro, mis amigos y yo somos de clase media y no tenemos mucho dinero. Además si somos populares es por nuestros padres y sus trabajos en farmcaias, abogados o doctores. Nada del otro mundo. No hay tanto dinero envuelto y otra cosa. No todos tenemos los dos padres juntos. Tu estas comoda. Tu vives aquí con dinero, con dos padres. Tienes mozo, sirvientes, tienes chóferes y muchas cosas mas.-Me dejo con la palabra en la boca.-Se que no eres de esas chicas que presume su dinero o que prefiere mil veces ser popular por dinero, hipocrita o aun más peor zorra. No lo eres. Eres sincera, amorosa, introvertida, callada, con un poco de locura. Así que si vas a odiarte, piensa en todo lo que te estoy diciendo y mejora tu autoestima.-Dijo todo esto y se volteo para irse.-Te deseo suerte en tu día.-Salió por la puerta principal sin permitirme hablar.

Tome las llaves de la casa y salí de esta. Llame a Michael que me llevará al trabajo de mama y así lo hizo. Me dejo frente a las grandes puertas del edificio. Me baje del auto y entre al edificio. Llegue a recepción y mire a la chica más humilde de aqui.

-Hola buenas tardes, ¿En que la puedo ayudar?-Sonreí y coloque mis manos en el escritorio de esta.

-Mi madre está arriba. Soy la hija de la dueña de la empresa. Abigail Armstrong. Quisiera ver a mi madre.-Esta al parecer se emocionó demasiado al saber que una chica que nunca había venido antes estuviera visitando a su madre al trabajo. Me guió hasta la oficina de mi madre para luego irse.

Toque la puerta varias veces y a los pocos minutos mi madre abrio su despacho en la oficina.

-Hola hija, ¿como te fue?-No dije nada y me senté en la silla.

-Madre quiero ser más feliz.-Ella me miro rara.

-¿A que te refieres?-Levanto sus cejas con preocupación.

-Quiero ser delgada, quiero tener un cuerpo como las demás chicas.-Esta bajo la cabeza y movió sus dedos en el escritorio.

-Hija. Hemos hecho de todo para que te guste tu cuerpo, te llevamos a terapia, te damos comida saludable, te damos vitaminas, minerales, te llevamos una dieta equilibrada, lo único que no has echo es ejercicio.-Rodé los ojos.

-Una chica gorda es invisible para las demás personas.-Esta se levanto de la silla de su escritorio y tomo un portafolio.

-Hija, no discutiremos sobre este tema que tanto causa problemas en la familia. Si quieres hablar sobre esto ve al psicólogo que te recetaron. El es de buena ayuda. Te amo y todo hija pero tu autoestima nos afecta a todos.-Salió de la oficina echa un demonio y luego cerró la puerta. Respire profundo y mire mi teléfono para luego quedarme toda la tarde en la oficina a esperar a que alguien me venga a buscar.

The Fat Girl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora