Todo estará bien.

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(...)

Narra Abigail

-¿¡Me estas jodiendo!?-Grite para luego carcajearme.

-Algo así, pero no es todo. A mi prima la mordió una piraña en su trasero y por eso ella odia las playas.-Nos carcajeamos mientras jugábamos con las piedras del parque.

-Comencé a ir al Gimnasio hacen dos semanas y medias.-Este me miro y asintio.

-Ya veo. Espero que continúes yendo, yo iba, pero resultó que la comida era lo mejor para mi.-Sonrió y metió un pedazo de pastel en su boca.

-Oh por Dios Mark, no sabes comer.-Dije carcajeandome.

-¿Quieres ayudarme?-Me deje de reír al ver donde se había ensuciado. En su boca.

-No, está bien.-Dije y este no le importo importo y se acerco. Me beso lentamente. Nos separamos a los minutos.

-Gracias por tu ayuda.-Me quedé perpleja sin decir nada. Me levante del césped y sacudí mi ropa.

-Yo tengo que irme. Hoy tengo que ir al gimnasio y ya estoy muy tarde.-Dije desesperada. Este se levanto. Me gire y comencé comencé a caminar. Sujeto mi brazo y me hizo detenerme.

-No quiero que te vayas.-Me hizo girarme y miro mis ojos.-Apenas te conozco pero necesito que te quedes aquí. Eres una chica ejemplar.-Negué. Este capturó mi rostro entre sus manos.-Tranquila, no te haré daño. No me importa tu fisico. Para mié res así de perfecta.-Lo aparte.

-Entiende, no quiero estar con alguien que es mucho para mi. No quiero a nadie, yo no merezco a nadie, Mark.-Me gire y comencé a caminar más de prisa. Trate de no voltear a mirar pero me fue inevitable. Mire su rostro perdido y sus ojos con un poco de tristeza. Mire adelante y seguí caminando. Pensé en como seria si fuera más delgada. ¿Seria fácil conquistar a un chico? Creo que no. Sería lo mismo.

-¡¡Oye!!-Gritaron y me detuve. Justamente frente a mi paso un auto a máxima velocidad. Tomaron mi brazo y halaron hacia atrás provocando que cayeramos al suelo. Mire al chico y este tenía cabello negro y ojos verdes.-¿Estas bien?-Asentí y este sonrío. Se levanto del suelo y estiro su mano.

-No, puedo hacerlo sola. Gracias por tu ayuda.-Me levante del suelo y comencé a caminar sin prestar atención. Cruce la cayendo pero esta vez mira hacia ambos lados para ver si venía un auto. Estaba oscureciendo asi que acelere el paso. Minutos después llegue a casa y me adentre a esta.

-¿Donde habías estado?-Pregunto Michael tomándome del brazo.

-No te importa, eres solo mi chofer no mi padre, Michael.-Me solté de su agarre.-Ademas no tienes derecho a tocarme, lo sabes, lo decía en el contrato.-Este bajo la cabeza.

-Lo siento, solo estaba preocupado por ti.-Asentí y me gire. Me quite la chaqueta y la tire en el sillon. Me quite mis zapatos y los tire en la sala. Luego se escucharon unos tacones resonando por las escaleras.

-¿Hija?-Me asome y esta estaba llorando.

-Madre, ¿Esta todo bien?-Esta bajo la cabeza.

-No...-Subí las escaleras, las que faltaban para llegar hasta donde mi madre y la abrace.-Tu padre y yo nos divorciaremos.-Abrí mis ojos como platos y me aparte. Junte mis cejas.

-¿Que?-Un apretón en el pecho hizo que las lagrimas se acumularán en mis ojos.

-El me dijo que me había estado engañando con otra mujer y que tenía un hijo con ella.-Tape mi boca y de mis ojos cayeron lagrimas.

-No es cierto madre, dime que es una broma.-Esta nego y cubrió su rostro. Cuando de pronto veo a papa salir de la habitación de mi madre con unas maletas la aparte y subí las escaleras por completo y le quite las maletas a mi padre. Lo empuje y este se le comenzaron a llenar los ojos de lagrimas.-¡¡No puedes irte papa!!-Dije llorando.-¡¡No quiero que te vayas de mi lado papa!! ¡¡No nos hagas esto!!-Dije cayendo al suelo de rodillas. Este solo me quito la maleta con cuidado y camino hacia las escaleras, para luego bajarlas. Me miro unos segundos y pude ver como una lágrima salía de sus ojos. Se giro y salió de la casa. Me tape el rostro para luego sentir los brazos de mama a mi alrededor.

-Lo siento hija...-Comenzó a llorar.-Yo también lo extrañare cariño todo estará bien.-Negué.

-Nada estará bien mama, nada...-No parabamos de llorar ni un instante.

(...)

Mire el techo de mi habitacion, mis ojos estaban pesados y no tenía hambre. Mi madre tocaba la puerta cada tres horas para saber si bajaría a comer pero yo me negaba. Mi teléfono comenzó a sonar y yo lo tome. Mire la pantalla. Mark.

-¿Mark? ¿Por que llamas a estas horas?-Dije sorbiendo la nariz.

-Solo pensé que me necesitarías. Ya veo que te sientes mal. Hace mucho frio acá fuera, ¿Podrías abrirme la ventana?-Mire hacia la ventana y ahí parado estaba el. En su mano traía una bolsa de basura grande. Me levante y le abrí la ventana este entro y colocó la bolsa de basura en el suelo. Se acerco y me abrazo fuerte.

-Hola, Mark.-Dije y comencé a llorar.

-Hey tranquila.-Beso mi nuca y me abrazo más fuerte. Las lagrimas no paraban de salir.-Todo estará bien. Tranquila, Abigail. Eres una chica fuerte, podrás con la carga.-Dijo dándome animos. Nos separamos y tomo la bolsa del suelo. La abrio y tiro todo lo que estaba dentro de esta en la cama. Lo último era una gran caja plana. Pizza.-Te traje chocolates de todo tipo, gomitas agrias, dulces de todo tipos, pizza y unas cuantas botellas de gaseosa.-Sonrió y me abrazo fuerte.

-No tengo hambre, Mark.-Este sonrio.

-Tampoco dije que te iba a dar de mis dulces.-Me hizo sonreír.

-Okey.-Dije sonriendo.

-Traje titanic.-Me di en la frente.

-No quiero que llores.-Dije mirandolo y este negó.

The Fat Girl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora