(...)Narra Abigail
-Permiso.-Dijo Mark y mis padres se separaron con fuerza. Me miraron y yo sonreí. Mark se quedó mirandome todo el tiempo.
-Mark puedes ir con tus amigos, ¿Sabes? No tienes por qué estar aquí.-Dije mirandolo.
-No tengo amigos, renuncie a ellos por ti. Además ellos ya tienen otros amigos entre si.-Lo mire y este estaba comiéndose una manzana.
-¿Por que eres así conmigo?-Este levanto sus hombros.
-No se, tal vez por que me gustas y aun tu no me prestas atención. Oh tal vez trato de cuidarte para yo estar tranquilo y sin remordimiento.-¿Se confesó?
Noooo pinche estupida, te pidió pastel. ¡Claro que se acaba de confesar!
Sentí como alguien entrelazaba su mano con la mía y la apretaba. Mire mi mano y estaba junto con la de Mark. Mire su rostro y este miraba el mio con lujuria. Como si yo fuera un diamante el cual vale mucho para el y no lo quiere perder. Se me acerco con cuidado y beso mi nuca.
-Yo...-Pensé en decirle lo mismo que le dije a Jacob pero me resistí.-No se que decirte Mark solo...-Puso su pulgar en mis labios.
-Tranquila, si tengo que esperar lo are hasta el final de mis dias. Esperaré por ti, lo juro.-Me miro directamente a los ojos sin parar. Me acerco a el y me abrazo con fuerza.-Jamas te haré daño, Abigail.-Trate de no perder la cordura al sentir su respiración en mi cuello.
-Chicos, iremos a la cafetería. Hija hay algo que tenemos que hablar en familia.-Asentí y vi como estos salieron de la habitación. Mark se me acerco demasiado y me beso. Nos besamos como si no hubiera mañana. Luego este se separó y pego su frente a la mía con cuidado.
-Eres perfecta para mi, Abigail. Siento que lo eres todo... para mi...-Dijo mientras cerraba sus ojos.
Tome aire y me decidí a hablar.
-Yo no se que decirte Mark pero si es sobre sentimientos pues... tengo que admitir que me a... atraes y que eres un buen chico. Pero no se que hacer, siento que te voy a hacer daño.-Este negó.
-No me haces daño si no te alejas. Ahora si te alejas si me haces daño y mucho. Abigail... solo dejame entrar a tu corazón.-Negué de espacio.
-No puedo dejarte entrar a mi corazón Mark.-Su mano toco mi mejilla con suavidad.
-Solo dejate llevar, no te haré daño lo juro.-Dijo mirando mis ojos directamente. El sabe que acaba de prometer algo que jamás cumplira.
-Todos lo prometen pero terminan lastimandome sin razón alguna.-Mire al suelo.-Todos piensan enamorar a una chica para luego dejarla sin rumbo y todo por que son egoístas y no tienen corazón. Si de verdad me quieres tanto como lo dices pues entonces demuestrame que es para hacerme feliz.-Este siguió acariciando mi cara hasta que se canso.
-¿Por que me pones las cosas difícil? Solo intento enamorarte y no te das cuenta.-Se levanto y me miro con un poco de enojo.
-¿Ves? Ese es el problema, dijiste que esperarías pero estas desesperado, quieres que yo te de algo que necesita tiempo. No te puedo entregar mi corazón por que así. Si no puedes esperar pues entonces vete.-Frunció su ceño y salió de la habitación molesto. Mis padres entraron y se me quedaron mirando.
-¿Sucedió algo hija?-Negué con tranquilidad.
-Solo lo llamaron de la escuela y tuvo que irse.-Dije fingiendo estar feliz. Sonreí con amabilidad.
-¿Estas bien?-Asentí mintiendo otra vez.
-Todo está bien, tranquilos. Pueden ir a pasear no me molesta quedarme sola algunas horas. Saben que pueden volver pero no temprano. Vayan y disfruten este día padres.-Toda la habitación se quedó en silencio. Luego mi madre decidió hablar.
-Bueno hija, pues te daremos ese espacio personal que tanto necesitas. Te amo mucho cariño.-Se acerco a la camilla plantó dos besos en mi nuca y se fueron juntos sin decir más. Me quedé mirando la pared blanca con enojo. Mis ojos se llenaron de lagrimas y deje que estas salieran sin control alguno. Ni yo misma se por que estoy enojada y estoy llorando como una niña pequeña como siempre.
(...)
Abrí mis ojos lentamente para luego acomodarme lentamente en la camilla. Es de noche y hace mucho frio. La puerta se abrio y entro Mark cabizbajo. En ese mismo instante cerré los ojos. Quería que el pensará que estaba dormida.
-¿Estas dormida?-Intente no abrir mi boca he insultarlo.
Nooo, estoy corriendo bicicleta.
-Quería decirte que lo siento por irme así enojado contigo. Es solo que tengo miedo de perderte. Si tan solo pudieras confiar en mi por una vez en tu vida sería feliz. Me estoy esforzando por tenerte. Todos piensan que estoy loco al juntarme contigo y tienen razon. Solo que estoy loco por que te quiero mucho, estoy loco por ti. Estoy loco por tenerte en mis brazos, poder darte besos frente a todo el mundo sin que nos miren feo. Y en realidad no me importa que nos miren feo, no quiero ser ese tipo de chico que se esconde para ver a una chica que nadie quiere. No, sinceramente si quiero estar contigo es por que quiero que todos sepan que estar loco por alguien es fantástico. Me encantaría poder abrazarte sin miedo por que tu no me lo permitas. Aún así lo haria y lo sabes. Solo te necesito a mi lado y esta vez te diré todo.-Sentí su mano entrelazarse con la mía.-Me gustas mucho, más de lo que crees, no te quiero para un juego ni en mil años. Solo quiero enseñarte que no todos buscamos herir a alguien de la forma en que tu piensas. Si necesitas algo aquí estare siempre. Se que estas dormida y posiblemente ni sepas mañana que vine a verte pero quiero decirte que te quiero con todo mi corazón y que si algún día me lo permites, seré el único al que le digas que en un altar.-Sonreí y abri los ojos lentamente. Este tenía la cabeza agachada.
-¿Sabes? Si, te diría que si.-Este me miro y abrió sus ojos como platos.
-¿Me has escuchado? O... o sea... ¿todo lo que dije?-Asentí y este se puso rojo.
-Sabes nunca pensé hacer esto pero creo que necesito hacerlo ahora.-Lo tome por la nuca y lo bese. Este estaba sorprendido. Me siguió el beso hasta que abrieron la puerta. Miramos en dirección a la puerta y habían dos enfermeras. Estas nos miraban sorprendidas.
-Lo sentimos.-Mire a Mark tan pronto las enfermeras cerraron la puerta y se fueron. Se me acerco y me beso aun mas.
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The Fat Girl
Dla nastolatkówAbigail Armstrong siempre se escondía de los demás por su sobre peso. No todos los días Abigail estaba alegre, siempre estaba callada. De pequeña sufría grandes acosos por su peso, pero ahora es diferente. Bueno no es cierto, sigue todo igual. Sol...