Me quedé en silencio en todo el trayecto a casa.
Sé de sobra que Lynn me preguntará qué me pasa, pero me da igual, no pienso contestarle, simplemente me quedaré en silencio.
No quiero decir que fui yo el causante de todo esto. Bueno, en realidad fue Nelly, pero no puedo dejar de sentirme culpable al ver a Aaron así de mallugado. Yo también tiré petardos, lejos de la gente, pero los tiré.
Además, apoyé a la rubia en su loca idea, incluso le seguí el juego.
Jamás pensé que se le ocurriría ponerlos cerca de las botellas, creí que tan solo le daría un susto a su hermana con un pequeño estallido que la hiciese pegar un salto del suelo, pero no, se pasó y mucho.
Pero ya es tarde para lamentaciones, al menos todos están bien.
El peor parado fue Aaron y aún así, se encontraba pasándolo realmente con los demás, al menos, antes de que nos separásemos cada uno en un coche.
El tal Will, la ha cogido con molestar a Lynn y, para ser sincero, me le uniría sin no fuese por lo mal que me siento.
Me encantaría entregarme como cabeza de turco, pero, realmente, no podría caer yo sin que Nelly también se vea involucrada, y no quiero fastidiarla, no me gusta meterme en la vida de nadie.
Supongo que, me toca cargar con mis culpas hasta que se me vayan por donde han venido. A fin de cuentas, nadie parece estar alarmado o extrañado por el suceso.
Según Will, todo fue un problema técnico, punto.
Eso debería tranquilizarme un poco, pero la verdad, eso no está pasando en absoluto.
—A ver, ahora en serio…—Will carraspeó y extinguió su risa—¿Dónde has estado toda mi vida? Si tengo que casarme, será contigo preciosa—cogió la mano de Lynn y posó un beso en ella.
La rubia la apartó en tiempo record y lo taladró con la mirada.
—¡Vete por ahí pesado! —exclamó roja como un tomate.
Sonreí tenuemente.
Lynn tiene algo, que hace que todo el mundo tenga ganas de picarla. Al menos, eso es lo que nos pasa a nosotros con ella, y por lo que veo, a Will aún le gusta más.
—Sólo si tú te vienes conmigo—el moreno le guiñó un ojo.
—Mira… —Lynn trató de mantener la calma—no soy “Miss Paciencia” así que más te vale no molestarme demasiado o yo misma me encargo de que salgas del coche por la ventanilla.
Will abrió mucho los ojos y estalló en carcajadas.
—¡Eh, frena! No es culpa mía que nos hayan metido en mi mismo coche.
—Mamá… ¡Sácame de aquí! —se lamentó la ojiazul con un suspiro.
—Lo siento muñeca, pero tu madre no te va a librar de mí—Will se volvió a reír al ver la cara asesina de mi hermana.
—¡No te soporto y sólo te conozco de hace una hora! ¡Es increíble!
Emma volcó los ojos.
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Hermana Mayor
Novela JuvenilLa tranquila pero alocada vida independizada de Lynette se ve perturbada, cuándo sus hermanos pequeños van a pasar el verano con ella. Sus padres, fieles religiosos, le piden con devoción que mantenga a raya las alborotadas hormonas de los chic...