—¡Vamos Aiden! No seas lento, tenemos mucho que recorrer y muy poco tiempo para hacerlo—tiré de él con fuerza.
Estoy demasiado emocionado como para tener que empujar a Aiden para que se mueva un centímetro.
Es un sueño, el Dj, las chicas, el alcohol y la diversión. Llevó años soñando con ver como es esto, ver a Dylan y Aaron hablar de estas cosas, ha hecho que mi curiosidad se disparase hasta el punto de que estar aquí, provoca que mi corazón lata con fuerza.
—Jean, apenas es media noche, tenemos mínimo unas cinco horas—suspiró sin acelerar el paso.
—Bueno, ya empiezas—volqué los ojos—como sea, que quiero verlo todo de golpe y luego ir con más calma.
—Está bien…—cedió mientras negaba con la cabeza.
¡Esto será genial! Estaré con Aiden, observándolo todo, y, si tengo suerte, incluso podré probar el vodka, llevo varios años preguntándome como sabe, lo hay de muchos tipos, así que supongo que alguno tiene que estar bueno. Le tengo especial interés al negro, será mi primera opción.
—Menos mal que no me he quedado a cargo de Aaron o Dylan, se ser así, fijo que me tendrían de florero, mientras ellos se ligan a alguna chica—sonreí.
Aiden me miró fijamente.
—¿Es lo único bueno que le ves a que esté yo contigo?—soltó serio.
Tragué saliva.
—No quería decir eso, pero, es que… ya sabes cómo son aquellos dos.
—Ya…
Se mantuvo detrás de mis pasos un buen rato, en silencio.
Seguro que lo he ofendido o algo así. Y es normal, yo de ser él hubiese montado una buena, por algo Aiden es distinto a Lynn, Dylan, Aaron y yo. Nosotros cuatro, somos más explosivos e impulsivos, él es más prudente y sensible.
Señalé una de las mesas con alcohol disponible.
—Esto… ¿quieres beber algo? —pregunté por tratar de cambiarle esa expresión del rostro.
Aiden negó lentamente.
—No, al menos no ahora mismo…—miró alrededor—¿por dónde quieres empezar el tour?
—Estaría bien dar un rodeo por la izquierda y luego volver aquí ¿no crees? —puntualicé sonriente.
Asintió.
—Perfecto, vamos.
El Dj quitó la canción, dejando todo en silencio.
—Sólo un poco más…
Una chica rubia, estaba agachada muy cerca de la barra libre. Me acerqué un poco a ella y abrí los ojos como platos al ver un montón de petardos entrelazados entre sí en el suelo.
—Ala... ¿qué haces con eso? —musité maravillado.
Ella se giró nerviosa.
Suspiró al verme y sonrió
—Voy a gastarles una broma a mi hermana y sus amigas—explicó mientras seguía atando más petardos.
—Sí que te deber haber hecho una buena—me eché a reír—¡Eh, Aiden! Ven a ver esto, es una pasada.
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Hermana Mayor
Ficção AdolescenteLa tranquila pero alocada vida independizada de Lynette se ve perturbada, cuándo sus hermanos pequeños van a pasar el verano con ella. Sus padres, fieles religiosos, le piden con devoción que mantenga a raya las alborotadas hormonas de los chic...