Salí de la cama de un salto, realmente entusiasmada.
Hoy será un buen día, estoy segura de ello, Emma se pasará por aquí en un par de horas más o menos. Supuestamente, tiene una cena “familiar”. Claro que, según ella, no tiene nada que ver con eso.
Parece ser, que se juntarán solamente los jóvenes de la familia. Sus primos, su hermano y eso… ¿Problema? Que me ha invitado. ¿Segundo problema? Que no conozco ni a su hermano. ¿Tercer problema? ¡Qué demonios pinto yo ahí!
Suspiré.
Definitivamente, estoy loca, mis sentimientos se fusionan. Quiero ir, pero al mismo tiempo no quiero. Supongo que me da algo de vergüenza estar allí, después de todo, a saber cuánta gente que no conozco se concentrará alrededor de una mesa en la que sólo estoy por la persuasión de mi mejor amiga.
Admiré mi corto pero precioso vestido azul eléctrico para esta noche.
Seguro que todo será perfecto.
Me recogeré un poco mi cabellera rubia, me maquillaré superficialmente, aunque remarcando el azul de mis ojos, y encajaré mi cuerpo en el vestido. Sólo faltan unos buenos tacones negros y un bolso de mano, para meter el móvil y dinero, por si acaso.
Bajé a comer algo y luego corrí a la ducha.
Puede que parezca la mañana más normal de todas. Pero, realmente, son ya las siete de la tarde.
Ayer, fue mi último día de trabajo antes de estar, por fin, de vacaciones de verano. Por eso, tenía que estrenar mi primer día durmiendo. Menos mal que Emma me dijo ayer lo de la fiesta que si no igual ni me levantaría de la cama.
Salí de la ducha tranquilamente y me puse el vestido, tras hidratar bien mi piel con crema.
Menos mal que no vivo con mis padres, porque, llegan a ver mi atuendo, y me matan. Aunque supongo que ya han superado que la juventud de hoy en día se vista así, no soy sólo yo, simplemente eso.
Me sequé bien el pelo y cogí las horquillas del cajón.
Me hice un tupé alto y eché mi flequillo hacia la izquierda, dejando que el resto de mi pelo, un poco ondulado por la ducha, cayese por mi espalda.
—¡Hola, hola caracola! —gritó Emma en mi tímpano, a punto de reventarlo.
—¡Emma! ¿Estás loca? ¿Por qué chillas?
Me eché a reír en cuánto vi su rostro afligido.
—Lo siento, es que estoy emocionada, tengo unas ganas terribles de que conozcas a mi familia, además, ya te dije que lo pasarás en grande, no hay adultos, así que no tienes por qué guardar las formas—sonrió.
La miré de arriba abajo. Su melena castaña clara, está recogida en una coleta alta, y se ha dejado dos mechones a cada lado de su cabeza, una blusa de tirantes anchos rosa pastel, le tapa sólo la zona del pecho, por lo tanto, su ombligo está al descubierto. Adornó sus vaqueros negros con unos botines tacón de aguja preciosos, también negros.
Abrí los ojos como platos. ¡Está preciosa! Sin lugar a dudas, esta chica es hermosa. Cómo la envidio, ojala yo tuviese su color de ojos y su precioso pelo, es perfecta.
—¡Estás increíble Emm!
—¿Tú crees? —Asentí. Soltó una carcajada—Pues lo creas o no, este conjunto lo eligió Luke.
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Hermana Mayor
Teen FictionLa tranquila pero alocada vida independizada de Lynette se ve perturbada, cuándo sus hermanos pequeños van a pasar el verano con ella. Sus padres, fieles religiosos, le piden con devoción que mantenga a raya las alborotadas hormonas de los chic...