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—¡Perfecto! En un rato nos vemos. (...) No te preocupes por eso, nadie se va a enterar. (...) Aún tenemos que preparar la noticia, sé que ellos nos apoyarán.
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—¡Hoy es día de películas!—Jean sonrió mientras sostenía dos bolsas de palomitas.
Lynn sonrió y miró a su alrededor.
Últimamente, estamos todo el tiempo de aquí para allá, cada día con un plan distinto. Un día a las termas, otro al centro comercial, otro a la piscina, otro a la playa, al parque de atracciones, y hoy, aprovechando que hay tormenta, decidimos quedarnos en casa de Kai, que es lo suficientemente grande como para que podamos ver una película todos juntos.
Nelly suspiró.
—Esto no puede ser una buena quedada sin que tengamos palomitas de colores. ¡Esas son una porquería Jean!
—¡Porque tú lo digas! Son mis favoritas.
—Pues vaya gustos...
Ella alzó una ceja y sonrió de lado. Mi hermano apretó los puños.
—No dirás eso cuándo...—se quedó en silencio—Olvídalo. Compraré palomitas de colores.
Ahogué una sonrisa. ¡Tan joven y ya es un mandado! Jean se puso la chaqueta y revisó el dinero que tenía en los bolsillos. Nelly, sin apartar la mirada de él, negó con la cabeza sonriente.
—¡Voy contigo!—nos miró y agitó la mano—¡Hasta luego!
Naila se apoyó en el pecho de Aaron y sonrió.
—Esos dos se llevan realmente bien.
—Al igual que tú y Aaron—dije tranquilamente—Dime una cosa, ¿cuándo te podré llamar cuñada?
Ella abrió los ojos como platos y agachó la mirada. Lynn y Kai me miraron, como si estuviese loco.
Seguro que piensan que no debí decir eso, es una indiscreción, pero de todas maneras siento que tengo que darle un empujoncito a mi adorado hermanito para que tenga los pantalones para decirle a Naila que quiere que sea su novia. Y lo mismo puedo decir de Lynn y Will. A mí no me pueden engañar, el día que nos encontramos en la pizzería me di cuenta de que eso no era una quedada cualquiera, y menos, si no avisaron a nadie de que iban a salir.
Aunque eso me lo guardaré de momento, Lynn me mata si le pregunto algo sobre eso. Hablaré con Aiden y le comentaré lo que creo, tal vez concuerde conmigo.
—¡Ya cállate idiota!—su rostro se puso completamente rojo.
Me encogí de hombros y me dejé caer sobre el sofá.
—Yo sólo decía... Tranquilo ¿eh?
—¡Los favoritos de esta casa han llegado!—Will aplaudió y entró a la casa seguido de Aiden.
—Siempre me han encantado tus ironías hermanito—Kai se echó a reír.
El aludido alzó una ceja.
—No era... ironía...—se quedó en silencio—¡Eres un imbécil Kai!—se le tiró encima, haciéndolo caer sobre un puff verde que había en la sala.
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Hermana Mayor
Genç KurguLa tranquila pero alocada vida independizada de Lynette se ve perturbada, cuándo sus hermanos pequeños van a pasar el verano con ella. Sus padres, fieles religiosos, le piden con devoción que mantenga a raya las alborotadas hormonas de los chic...