—Vaya… Dylan, tenemos trabajo que hacer por aquí ¿no crees? —Aaron apuntó a las doscientas chicas que formaban parte del campamento.
Miré a Emma fugazmente y negué con la cabeza.
—Esto… mejor tomémoslo con calma Aaron.
Mi hermano alzó una ceja.
—¿Estás de coña? —soltó sin poder creerse lo que acababa de oír.
—No…—agaché la mirada.
No puedo irme con Aaron en busca de una chica para pasarla bien esta noche si no me puedo sacar a una de la cabeza.
Al principio, simplemente me pareció hermosa, pero, su sonrisa está gravada en mi mente, y no me gusta nada. Si Emma se mete en mi corazón, volveré a sufrir, como sufrí cuándo Wendy me dejó, estoy seguro de ello.
—Bueno, haz lo que quieras, yo… iré a ver que se mueve por ahí—Aaron sonrió—Hasta luego hermanita.
Le guiñó un ojo y se fue a paso ligero.
Suspiré.
Seguro que Aaron me toma por un idiota, somos compañeros de fiesta desde que empecé a salir. Es la primera vez que rechazo sus planes de diversión, y todo por una chica, una simple pero hermosa chica…
¡Tengo que sacármele de la cabeza ya!
—Voy a dar una vuelta—musité lentamente.
—¡Pásalo bien!—dijo Emma sonriente.
—Claro—miré a Emma de nuevo, unos segundos.
Y… sí, me fui, sin decir nada más. Ni yo mismo sé el porqué. Bueno, sí que lo sé. Los latidos de mi corazón me han traicionado, se han acelerado de golpe, sin previo aviso. Detesto esta sensación, detesto el amor, y, como no cambie rápido, detestaré también a Emma.
Divisé a Aiden, recostado sobre uno de los árboles, con un vaso en la mano. Corrí hacia él y me senté a su lado.
—¿Cómo te va listillo? —alcé la vista para ver su rostro.
—Mal, no sé cómo comportarme Dylan—cerró los ojos—supongo, que no sirvo para estas cosas, ni para actos públicos. Sólo soy un cobarde incapaz de socializar. Ni siquiera en una fiesta doy—dio un largo trago a su bebida y tosió—Si es que, ni el alcohol me da el empujoncito que necesito.
—Y yo necesito ese impulso…—susurré.
—¿Qué? —frunció el ceño.
—No nada—suspiré—A ver Aiden, ¿se puede saber por qué no te has venido conmigo o con Aaron? Está claro, que saliendo con Jean, sólo se os acercarán chicas menores de quince años. Y, es normal, tu eres demasiado tímido y Jean demasiado descarado. No te pongas mal por eso, tu problema no es que seas poco sociable, más bien, tienes miedo de mostrarte tal cual eres y que te rechacen, pero no puedes creer que ocurrirá eso. Te diré una cosa, tú y yo somos iguales físicamente ¿no? —el asintió—pues ya sabes que ese no es tu problema, si yo puedo hacer muchos amigos o atraer a chicas, tu también, sólo te falta dar un pequeño empujoncito para que tu carisma salga al exterior. Piénsalo bien, puedes hacerlo.
Aiden abrió mucho los ojos.
—Gracias, muchas gracias Dylan, de verdad—sonrió ampliamente.
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Hermana Mayor
Dla nastolatkówLa tranquila pero alocada vida independizada de Lynette se ve perturbada, cuándo sus hermanos pequeños van a pasar el verano con ella. Sus padres, fieles religiosos, le piden con devoción que mantenga a raya las alborotadas hormonas de los chic...