—Dime una cosa Will…—le dirigí una mirada rápida.
—¿Qué ocurre? —sonrió con tranquilidad.
—¿Tienes novia verdad?
Abrió los ojos como platos y extinguió su sonrisa.
¡Lo sabía! ¡Sabía que tenía novia! Es decir, es lo suficientemente guapo y Casanova como para que ninguna chica haya caído a sus pies; desde la más sencilla y tímida, hasta la más artificial y creída.
En fin… De todas maneras, esa pregunta salió espontáneamente de mi mente por simple curiosidad. Se me hace raro que se haya pasado el día entero en mi casa sin que lo hayan llamado para que se vaya o algo así.
—La cosa se pone interesante—Jean alzó una ceja.
Will carraspeó.
—Bueno, es un tema complicado, la verdad es que…
—¡Eh! —Dylan miró en todas direcciones—Están llamando a alguien, escuchad.
Nos quedamos en silencio, Will se levantó rápidamente hacia el perchero de la entrada.
—Es mi móvil, dadme un minuto—sacó el teléfono del bolsillo de su chaqueta y salió fuera, completamente serio, nada que ver con su actitud de hace cinco minutos.
Tal vez, mi pregunta lo incomodó, quién sabe, después de todo.
—¿Acaso te interesa saber si hay alguna chica en su mente Lynn? —el rostro de Aaron fue surcado por una media sonrisa.
Negué lentamente.
—No te equivoques, sólo es curiosidad.
—Será eso…—amplió su sonrisa.
—¿Qué más dará? Lo más seguro es que su novia lo acabe de llamar. Decidle adiós a las dudas—Dylan frunció el ceño.
—Creo que estáis sacando conclusiones muy a la ligera—dijo Aiden suspirando.
Will entró de nuevo en casa aún más serio que antes.
Da miedo verlo en ese plan sabiendo que generalmente está con una sonrisa radiante en el rostro.
—Lynn, lo siento mucho, me ha llamado Naila y me ha dicho que viene hacia aquí con Charlotte y Julissa, no tuve tiempo de decirle que no, que tal vez no te parecía bien la idea.
—E-está bien, no pasa nada…—musité sin saber de qué demonios me estaba hablando tan de repente.
¿Charlotte? ¿Julissa? ¿Quiénes son esas dos? ¿Y para qué viene Naila a mi casa? Y lo más importante, ¿por qué le afecta tanto a Will?
No lo acabo de comprender, pero no es mi problema.
—Vaya… vienen tres chicas a casa, llegan a saberlo papá y mamá y pensarían que estamos montando una fiesta en casa—Jean se echó a reír.
—Yo… me retiro un momento—susurré lo suficientemente alto para que todos me oyesen, o por lo menos, eso me pareció, porque todos se quedaron en silencio.
—¿Adónde vas Lynn? —preguntó Dylan.
—A mi habitación.
Me levanté sin esperar respuesta y salí del salón.
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Hermana Mayor
Teen FictionLa tranquila pero alocada vida independizada de Lynette se ve perturbada, cuándo sus hermanos pequeños van a pasar el verano con ella. Sus padres, fieles religiosos, le piden con devoción que mantenga a raya las alborotadas hormonas de los chic...