—¡Si no es para mí para ti tampoco Lynette! ¡Te lo aseguro! —gritó Julissa mientras se sacudía en los brazos de los policías que la guiaban hasta el coche patrulla.
Se subió obligada y me miró con odio mientras uno de los policías arrancaba el coche. Suspiré al ver que poco a poco, el coche se alejaba de mí, quitándome a esa sanguijuela de encima.
Fruncí el ceño al ver cómo ella sonreía malévolamente, antes de salir de mi campo de visión. Will me abrazó de nuevo.
—Todo irá bien ahora Lynn, no volveré a dejarte sola—besó mi cabello y se quitó la chaqueta, para luego posarla sobre mis hombros.
Me estremecí ante el contacto con el calor de la prenda. El olor de su perfume me inundó las fosas nasales, es simplemente embriagador.
—¡Lynn!—Aaron se bajó del coche de Emma, corrió hacia nosotros y me estrechó entre sus brazos. Contraje mi rostro en una mueca de dolor. Los malditos golpes me estaban matando—¡Oh, menos mal que estás viva! Casi me muero de la angustia...
—¡La mataría Aiden! Sabía que esa harpía no se quedaría quieta—Dylan también salió del coche, seguido de Aiden y Jean. Apretó los puños con fuerza mientras corría junto a su gemelo a toda velocidad—¿Dónde está? ¿Dónde demonios está? —gritó mirando en todas direcciones, buscando a Julissa, supongo —¡Maldita sea! Teníamos que haber venido con Will—le reprochó a sus hermanos sin quitar su expresión furiosa.
Jean y Aiden llegaron hasta mí y también me abrazaron, sin tener intención de soltarme.
—Pero sería peligroso, estaríamos exponiendo a Lynn. La desquiciada de Julissa, al verse acorralada, a saber que sería capaz de hacer—Aiden suspiró en mi cuello y me miró de arriba a abajo—Oh Dios mío Lynn, pero mira cómo te ha dejado...
Dylan se acercó, me quitó la chaqueta que Will acababa de ponerme y abrió los ojos como platos al ver todos los moratones y las heridas que la perra de Julissa me había hecho. Aiden se puso pálido y Jean me miró incrédulo.
—¡La voy a matar! ¡Juro que la voy a matar!—gritó Dylan, mirándo a su alrededor, pero ya se la habían llevado—¡Joder! Si tan sólo el condenado policía nos hubiese dejado venir con él...
—¿Te duele mucho?—Aaron me colocó de nuevo la chaqueta.
Asentí lentamente.
—Oye Dylan—carraspeé al notar la voz ronca y alcé una ceja—¿Cuándo me vas a abrazar? Mira a los demás, te han dejado sin sitio.
Él me miró sorprendido y luego a sus hermanos, que se apartaron al segundo. Pareció comprender la situación y sonrió de lado, mucho más tranquilo.
—¡Lo siento!—me miró afligido— Estaba tan preocupado, casi me da algo cuándo nos dimos cuenta de que Julissa te había secuestrado—le sonreí y lo estreché entre mis brazos adoloridos. Este es mi hermano, mi dulce y adorable hermano pequeño. Dylan alzó una ceja y miró a su alrededor—Lo siento chavales pero Lynn es mía.
Will alzó una ceja divertido.
—¿Perdón?—Aaron sonrió de medio lado—¿Quién es el que lleva más tiempo junto a ella? Yo ¿verdad? Pues eso, es mía.
—Disculpa Aaron, pero yo soy su consentido—Jean le sacó la lengua.
—Y yo soy su favorito—Aiden se encogió de hombros con aire de "Lo siento, pero con eso no se puede competir".
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Hermana Mayor
Novela JuvenilLa tranquila pero alocada vida independizada de Lynette se ve perturbada, cuándo sus hermanos pequeños van a pasar el verano con ella. Sus padres, fieles religiosos, le piden con devoción que mantenga a raya las alborotadas hormonas de los chic...