Capítulo 4

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Al día siguiente

Me desperté y vi a Draco sentado dormido a lado de la cama. Miré el reloj y eran las 6 de la mañana. La hora perfecta para irme a la torre de Gryffindor para que nadie sospechara nada.

-Draco, despierta- le susurre al oído. Pero no hacía caso. –Draco, despiértate- seguía sin responder – No me obligues a hacerlo- me levante con cuidado. Tome un vaso con un poco de agua y se la aventé.

-¡¿Qué pasa?!- Se levantó de repente asustado. Me miró y le sonreí

-¡Buenos días!

-¿Qué pasa?- dijo mientras se tallaba los ojos.

-Son las 6, tengo qué irme ya.

-Tienes razón, pero espera, necesito ir al baño- me reí.

-Tómate tu tiempo- entró al baño y yo aproveché para tomar las bolsas de mis compras en Hogsmeade. Draco salió de la habitación para revisar que no hubiera nadie en la sala común.

-Listo, no hay nadie vamos- salimos de la sala común de Slytherin. El camino hacia las escaleras se me hizo eterno. Cuando llegamos recordé algo.

-Espera.

-¿Qué pasa?

-No sé la contraseña.

-¿No hay nadie de Gryffindor fuera a estas horas que sepa la contraseña?-

-No, no le hablo a nadie. Solo a unos cuantos, y de otras casas están tú, Cedric y Luna.

-¿Yo qué?- Draco y yo nos asustamos, volteamos y Luna estaba detrás de nosotros con sus lentes extravagantes y su ejemplar de El Quisquilloso

-Luna, eres mi salvación ¿Te sabes la contraseña de Gryffindor?-

-Sí. Neville me la dio ayer por si alguna vez necesitaba ayuda o por si a el se le llegaba a olvidar.

-¿Podrías decírmela?-

-Bobadas.

-¡Luna! Dímela por favor- dije casi rogándole

-_______, me parece que lo que la Lunática te quiso decir es que la contraseña es bobadas.

-¡No le digas Lunática!

-Como sea.

-Draco.

-Está bien, lo siento Lovegood.

-Disculpas aceptadas. Pero antes que nada ¿Qué hacen a estas horas, juntos aquí? Ah, y con la misma ropa de ayer.

-Pues- me puse nerviosa. Siempre que Luna me preguntaba algo, mis mentiras no estaban presentes en mi cabeza y eso comenzaba a desesperarme – Te lo diré todo después pero antes te quiero pedir algo. No le digas a nadie que me viste aquí con él. Di que me quede a dormir contigo en la sala común de Ravenclaw.

-No me agrada mentir.

-¡Por favor Luna! Te lo pido realmente- dije mientras le rogaba a punto de arrodillarme.

-Está bien.

-Oh, te lo agradezco demasiado- dije mientras la abrazaba. La solté y le sonreí – Drac...Malfoy – dije con un enojo fingido – hasta nunca- me di la vuelta, me reí de mi mala actuación de odio hacia a él, noté que el hizo lo mismo que yo. Subí las escaleras y llegue al retrato de la Dama Gorda.

-Estaba durmiendo- me dijo enojada.

-Oh, cállate no tienes nada que reclamarme.

-¿Contraseña?-

¿Quién dice que la magia no existe? (Draco Malfoy y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora