Noche de pub

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Otra tarde que se iba y le dolía la cabeza de solo pensar lo mucho que tenía por estudiar

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Otra tarde que se iba y le dolía la cabeza de solo pensar lo mucho que tenía por estudiar. Esa noche no dormiría tratando de ponerse al día con el colegio, e inventando una excusa para decirle a su padre que había reprobado el examen de química.

Grecia, Daniel y Samy comentaban entusiasmados su participación en la filmación. Para Daniel era rutina y no le parecía nada especial, aunque era divertido ver el programa y buscarse entre la escenografía y la multitud. Esa ocasión era distinta porque había compartido la experiencia con sus dos mejores amigas y también le alegraba ver a Grecia feliz, el día anterior se la había pasado mortificada porque estaría sola el día de su cumpleaños, y con ella en su estado emo, más Samy que actuaba como su conciencia y lo disuadía de jugarle alguna broma pesada a sus maestros, el colegio era todavía más aOtra tarde que se iba y le dolía la cabeza de solo pensar lo mucho que tenía por estudiar. Esa noche no dormiría tratando de ponerse al día con el colegio, e inventando una excusa para decirle a su padre que había reprobado el examen de química.

Grecia, Daniel y Samy comentaban entusiasmados su participación en la filmación. Para Daniel era rutina y no le parecía nada especial, aunque era divertido ver el programa y buscarse entre la escenografía y la multitud. Esa ocasión era distinta porque había compartido la experiencia con sus dos mejores amigas y también le alegraba ver a Grecia feliz, el día anterior se la había pasado mortificada porque estaría sola el día de su cumpleaños.

— ¡Gracias Sophie, fue genial! ¿Veremos el capítulo mañana? —Grecia abrazó a Sophie sacándola de sus pensamientos y estrangulándola ligeramente.

—No funciona así, lo que filmamos hoy saldrá en un par de semanas.

La niña pareció desilusionarse un poco, esperaba con ansias verse en televisión y sobre todo, quería llamar a su madre a Italia (lugar donde se encontraba en ese momento), e insistirle en verla por internet, como un deseo inconsciente de llamar su atención, y tal vez lograr que la quisiera un poco más.

—Igual fue genial —se consoló a sí misma—. Apareceré en televisión, conocí a Steve, me dio su autógrafo en persona ¡y ganamos veinte dólares por actuar!

— ¿¡Veinte dólares!? —Daniel brincó hacia su asiento y la interrogó agarrándola por los hombros—. ¿A ti te pagaron?

—Sí y a Samy también —explicó y enseguida la otra niña sacó el billete de su bolsillo.

—A los extras siempre les pagan veinte dólares por aparición ¿Qué no te pagan nunca? —preguntó Sophie, algo asombrada.

— ¡No! ¡Nunca me pagaron nada! ¡Por qué no me dijiste que debía cobrar!

—Porque pensé que eras inteligente y cobrabas el dinero en secreto, para que papá y Thaly no lo guardaran para tu futuro o alguna de esas tonterías.

— ¡Aparecí en veinte capítulos! Tu productor me debe... —Las tres esperaron a que Daniel sacara sus cuentas, diciéndole con la mirada que era un tonto—. ¡Cuatro mil dólares!

Mi vida un showDonde viven las historias. Descúbrelo ahora