Haru.
Por la tarde, cuando el sol se escondió y los odiosos rayos dejaron de molestarnos en el lago, entramos a la cabaña. Yo preparé la comida con los alimentos que había en el refrigerador y Rin se duchó. Comimos y nos sentamos en el mueble a ver una película de terror, a pesar de que a él no le gustaban.
—¿Crees que la muñeca aparezca en su habitación? —preguntó apegándose a mi hombro derecho.
—Tal vez —musité riéndome por su actitud de gato asustado y pausé la película antes de que Rin brincara aterrado—. Voy por palomitas, ¿quieres? —Me levanté del sofá y acomodé el control en la mesita del centro.
—Sí, voy. —Se paró de un salto y sólo pude carcajear divertido—. ¡No te burles, Haru! —Me empujó en el camino hacia la cocina.
—Perdón, es que tú rostro se ve terrible. ¿Qué género te gusta? ¿El romántico? —Ingresamos a nuestro destino y me dirigí al microondas, ubicado en el extremo contrario.
—¿Algún problema? —refunfuñó rellenando un vaso con agua—. Las románticas y las de comedia.
—No son mis favoritas. —Abrí un sobre de palomitas y las coloqué en el interior del electrodoméstico, apreté unos números y comenzaron a explotar—. De hecho, creo que están en los últimos lugares de mi lista.
—¿Tienes una lista? —Se burló y me volteé. Él sacaba una pastilla de una tableta, seguramente sus supresores—. ¿Qué hay de las ciudades? ¿Cuál es tu favorita?
—No tienes que ingerir esas porquerías. —Rin me miró incrédulo y sorprendido por mi reciente declaración. Al parecer no me entendía—. Es decir, si yo soy tu pareja, puedo ayudarte con el celo.
—¿E-Estás consciente de lo que hablas? —balbuceó sonrojándose hasta las orejas y se tomó la píldora con un trago de agua.
—Sé que no vivimos juntos y que tu celo es irregular, pero me encargaré de que no sufras —afirmé y me giré para agarrar la bolsa de palomitas.
—Gracias, Haru —respondió con timidez.
Fui capaz de decirle eso, sin embargo, no le he pedido que sea mi novio. Sólo nos hemos besado y tuvimos sexo en esa ocasión, pero, ¿acaso debo declarármele? Bueno, Rin tiene una faceta de chico romántico que es inesperada para mí. Quizá se alegre si me le planto de rodillas y le digo que quiero que sea mi pareja.
—Oye —lo llamé mientras caminábamos de regreso a la sala—, ¿quieres ser mi novio, Rin?
—¿Q-Q-Qué? —Se agachó sosteniendo su cara con ambas manos y negó con la cabeza—. ¡Ha-Haru!
—¿No quieres ser mi novio? —Fruncí las cejas furioso debido a su rotunda negación—. Yo pensé que tú estabas enamorado de mí.
—¡Estás equivocado! —Se reincorporó y me encaró. Sus mejillas se encontraban teñidas de un intenso rojo y su respiración acelerada delataba cuán apenado y feliz estaba—. ¡Me gustas y te amo, Haru!
—¿Entonces sí quieres ser mi novio?
—¡Por supuesto! —Hizo un mohín y se abalanzó sobre mí, rodeando mi cuello y aplastando la bolsa de palomitas—. Acepto ser tu novio, Haru.
-n-
A la mañana siguiente, salimos temprano porque yo tenía programada una sesión fotográfica y desayunamos en un restaurante cualquiera. Rin no quería que subiera con él por el temor de toparnos con su perro guardián, pero insistí y lo acompañé.
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Tú eres mi reflejo
FanfictionRin Matsuoka es un modelo profesional muy popular. Le gustan los faciales, la moda y Haru, pero Haru no es el chico que aparenta ser y Rin lo sabe tan pronto como lo ve. Sin embargo, su obsesión por Haru puede exceder muchos límites, incluyendo que...