Rin.
Me di dos toquecitos de mi perfume favorito en mi cuello y sonreí de oreja a oreja delante del espejo. ¡Perfecto! ¡Estoy perfecto! Zapatos limpios, pantalón de mezclilla azul entallado a mis piernas, playera blanca sin mangas, saco café y una cadena larga para darme esa apariencia de: Rin está a la moda.
Gracias a su trabajo, Sousuke se iba temprano al bar a hacer inventario y un sinfín de cosas, que, según él, sólo las puede realizar el dueño. Llegaría en la madrugada cayéndose de sueño y ni se asomaría a mi habitación a ver si yo estoy aquí. Bueno, tampoco es que vaya a tardar mucho con Haru. ¿O sí?
El timbre de mi celular me avisó lo que esperaba: un mensaje de Haru diciéndome que ya estaba abajo. Agarré mi móvil, la cartera y las llaves, y bajé apresurado. No quería que se impacientara en nuestra primera cita.
—Haru —lo llamé aún con la sonrisita de enamorado que no podía borrar de mi rostro y contemplé su bella figura. Él vestía un pantalón color arena, una camisa negra con las mangas arremangadas a la altura de sus codos y zapatos blancos con suelas oscuras—. Estás muy guapo, Haru.
—¿Me lo dices a mí y no te has visto? —preguntó bromeando y en seguida abrió la puerta del copiloto—. Vamos, entra.
—¿Eso fue un cumplido o era tu ego? —Obedecí a su petición y me trepé a su deslumbrante convertible azul marino.
—Tú eres el guapo hoy, y creo que todos los días —murmuró cerrando luego de esas palabras que fueron como una armoniosa melodía y ajusté el cinturón de seguridad mientras Haru subía del lado contrario. Encendió el motor y puso en marcha su auto—. ¿Tenemos un plan?
—Tú me invitaste, así que tú deberías tener un plan.
—Mi definición de diversión es aburrida. —Reí ante su confesión y le eché un vistazo. Él se mantenía concentrado en el camino, pero, ¡joder!, es que Haru es demasiado hermoso—. ¿Qué? ¿Tanto te gusto?
—¿Y? ¿Tienes un problema con ello? —Haru giró su cabeza a la derecha unos segundos y negó.
—¿Por qué? ¿Por qué Rin Matsuoka se enamoró de mí? —Suspiré y me encogí de hombros en el asiento al recordar ese pasado triste que me perseguía.
—Supongo que fuiste mi arcoíris... —susurré, atrayendo su atención—. En ese momento yo encontré mi reflejo en un cártel cualquiera. Sé que no eres consciente de cuánto me has ayudado, pero tú eres importante para mí de muchas maneras.
—Tu perfume es desagradable. —Tragué saliva al oírlo y comencé a juguetear con mis dedos sin saber cómo responder—. No me gusta que tu aroma corporal sea cubierto por la loción.
¿Era por eso? ¡Haru es un tonto! Y yo pensando que realmente le asqueaba, pero no. Haruka Nanase prefiere mi aroma corporal. ¡Dioses! Me siento tan feliz de saber que no le soy indiferente.
—Quiero que me cuentes de ti cuando lo desees, Rin. No necesito saberlo ahora, pero estaré ansioso de escuchar esa historia —aseguró aumentando la velocidad.
—¿T-Te molesta que esté enamorado de ti? —Observé a través de la ventanilla el paisaje que comenzaba a aparecer: árboles, plantas, pasto, carros y una extensa autopista—. ¿Me odias por ser omega?
—En realidad, que seas omega me es irrelevante. Crecí con ese prejuicio porque mi padre marcó a una omega fuera de su matrimonio. Mi madre se enojó y me inculcó esa absurda idea de que son una clase inferior, pero es tiempo de avanzar, ¿no? —No pude evitar carcajear; no porque me causara gracia, sino porque él estaba luchando contra esos prejuicios por mí y mi corazón se llenaba de ilusión.
—Lo siento —me disculpé, aunque no sabía el motivo.
—Ah, y que estés enamorado de mí... —se calló durante unos minutos y continuó—. Tú también me gustas. Lidiaré con tus sentimientos y los míos, no te preocupes.
¡¿En serio?! ¿Haru acaba de decir que le gusto? ¿Eso significa que, en un futuro, nosotros podemos convertirnos en novios? Este día es irreal. Haru no me odia, le atraigo. Y por si fuera poco, estamos en una cita que no será la única.
—Por cierto, ¿hacia dónde conduces? —cuestioné regresando a la Tierra, no al mundo de las fantasías de Rin.
—Es sorpresa. Tardaremos una hora en estar ahí, pero te fascinará.
Tal y como había dicho, Haru estacionó el coche después de una hora, cerca de una cabaña de madera con la vista a un lago cristalino. El imponente bosque con sus variedades de árboles, plantas y animales rodeaba la zona; el cielo brillaba de un intenso azul, el mismo color de los ojos de Haru y el cuerpo de agua reposaba en paz, nada irrumpía su tranquilidad ni su belleza.
—Es asombroso —musité formando una o con la boca—. ¡Es maravilloso, Haru!
—¿Verdad? —Recalcó quitándose el pantalón, la camisa y los zapatos—. Apúrate o te quedarás —siseó corriendo rumbo al lago en un traje de baño negro. ¿Cuándo se colocó eso?
—¡Tramposo! —vociferé deshaciéndome de mis estorbosas prendas, con la diferencia de que yo no tenía traje de baño y me había tocado andar en bóxer.
Perseguí a Haru y me zambullí en el agua fría al verlo nadar hasta el centro del lago igual que un profesional. ¡No me dejaría atrás! No era un nadador, pero mis clases darían sus frutos hoy.
—La cabaña está en condiciones óptimas y tiene comida —anunció envolviendo mi cintura con sus brazos—. Rin, no te irás.
—¿Q-Qué? ¡Sou me va a matar! —respingué. Haru frunció las cejas en señal de desaprobación y me ciñó más a él.
—Tu perro rabioso podrá irse al carajo, porque yo no pienso manejar en la noche. ¿Entendido? —Sólo asentí y rodeé su esbelto cuello—. La recepción del teléfono no es buena. No nos molestará.
—¿Molestarnos? —Terminé por acortar la distancia que nos separaba y relamí sus labios—. ¿Me secuestrarás, Haru?
—Ya está secuestrado, joven Matsuoka —afirmó sonriendo y me besó. Metió su lengua dentro de mi cavidad bucal y jugueteó, saboreando centímetro a centímetro el interior de mi boca—. R-Rin —balbuceó alejándose—. Rin, no te entregaré a Sousuke ni a ningún idiota que pose su odiosa mirada en ti.
—¿Tú estás de acuerdo con lo que implica tenerme como pareja? —Apoyé mi frente en su hombro izquierdo—. ¿No huirás cuando esté en celo? ¿No te arrepentirás, Haru? Yo soy un omega inestable y estoy feliz de que me correspondas, pero tú eres popular y hay mujeres alfa o betas que desearían casarse contigo.
—¿Y qué? —Sujetó mis mejillas, obligándome a verlo. Haru es serio, lo sé porque sus ojos no mienten—. No me he casado ni he tenido novia porque jamás me había sentido así, pero tú, Rin, tú rompes mis reglas y te impones en mi vida. ¿Crees que no traté de ignorar estos sentimientos? ¡Lo hice!
—Tu madre me...
—Mi madre no me interesa. —Volvió a besarme, una, dos y tres veces—. Rin, permíteme estar junto a ti. Quiero, no, deseo que seas mío.
—Pero ya he sido tuyo por años, Haru. —Lo abracé, cubriendo su espalda con mis brazos y comencé a llorar—. Te amo, Haru, a pesar de que tú aún no sientas amor por mí. Seré paciente, lo prometo.
—Gracias, Rin.
Permanecimos en silencio sin quebrar esa atmósfera dulce y en calma que nos ofrecíamos los dos. Sólo el trinar de los pájaros y el crujir de las ramas hacía eco, pero nosotros seguíamos ahí. Era agradable porque sabía que pensábamos en el otro y nuestros corazones retumbaban al unísono, como si se hubieran conectado y nunca más estarían lejos.
Nota: en este capítulo, Haruka el indeciso Nanase deja sus miedos. ¡Aleluya! xD
La siguiente actualización será el fin de semana, así que... ¡Nos leemos pronto! <3
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Tú eres mi reflejo
FanficRin Matsuoka es un modelo profesional muy popular. Le gustan los faciales, la moda y Haru, pero Haru no es el chico que aparenta ser y Rin lo sabe tan pronto como lo ve. Sin embargo, su obsesión por Haru puede exceder muchos límites, incluyendo que...