But if this ever changin' world
In which we live in
Makes you give in and cry
Say live and let die
Live and let dieWhat did it matter to yaLauren
Nunca había escuchado un silencio como ese.
Conocía diversos tipos de silencio, entre ellos estaban aquellos que se producía cuando se vivía un momento incómodo y las personas realmente no sabían que decir frente a ello, éste lo había vivido tantas veces que podía conocer sus signos mucho antes de que se presentasen.
Luego estaba ese silencio que nacía ante el hecho de que dos personas no se esforzaban lo suficiente para romperlo como si tuvieran una barrera en su voz que no le permitieses expresarse de la manera que ellos deseaban.
Estaba el silencio que se formaba cuando alguien moría, también estaba el silencio que nacía cuando las palabras no eran suficientes y le cedías a las miradas una potencia jamás vista.
Éste era mi tipo de silencio favorito.
Aquel en donde unas miradas jugaban como protagonistas y los ojos danzaban en su propia melodía de palabras jamás dichas, era como si vistieras un secreto y la otra persona tenía que descubrirlo solo a través de las pistas que le ofrecías a través de tu rostro, tus gestos y todo se limitaba a ser simplemente un momento adornado de silencio.
No obstante, el que vivíamos en medio de la carretera no se caracterizaba de ninguna de esas formas ya que no existieron miradas ni palabras, solamente había silencio que era acompañado por la débil lluvia que aún existía luego de media hora conduciendo.
La castaña no decía nada mientras notaba como sus manos nerviosas intentaban concentrarse en la acción de mover el volante, sin embargo, aquella falta de sonido tampoco llegaba a ser incómodo.
—Creo que no te había agradecido por haber salvado a mi amiga —dije rompiendo esas barreras adquiridas llenas de silencio y palabras que no sabían como actuar, recordé tímidamente ese momento hace tres semanas donde nos habíamos encontrado en el hospital donde ella trabajaba. Por suerte Sam estaba recupera, no obstante, llevaba un par de semanas sin verla ya que había preferido alejarme un poco de ese ambiente turbio.
Camila suspiró antes de limitarse a asentir, al parecer era una persona de pocas palabras y no podía negar que eso me daba un poco más de seguridad. Siempre había odiado que las personas trataran de envolver los momentos en palabras desgastantes y que muchas veces no venían al caso solo por el simple hecho de que odiaban el silencio.
—De nada —murmuró sin dejar la vista hacia la carretera —Aunque es mi trabajo, intento salvar vidas casi todos los días —respondió encogiéndose de hombros y a pesar de que aquellas palabras llegaban sin ningún tipo de color pude notar como el orgullo y un poco de resentimiento se vertían en las puntas de ella como si no estuviera segura de si eso era bueno ó malo.
—Debe gustarte mucho tu trabajo —comenté como una pequeña sonrisa se ocultaba entre la seriedad que siempre nacía en su rostro, nunca había visto que alguien tuviera tan controladas sus emociones, es decir, cuando ella estaba triste podía notarse a kilómetros, cuando estaba feliz sucedía lo mismo y así podías notar con seguridad en que estación estaba su vida con solo observar un par de segundos su rostro.
Era como si fuera un papel en blanco en el cuál aún no escribían ni una sola palabra.
—Bastante sí —aclaró con un toque de seguridad que me hizo sonreír, a pesar de que ella era mayor que yo no era muy difícil notar como se esforzaba más de lo normal en escoger las palabras correctas para no equivocarse como si supiera desde antes que habían terrenos que no podía pasar ó que simplemente no podía dirigir en una conversación.—Es lo único que me queda—admitió antes de suspirar de una forma inesperada, llenando todo el auto de una nube de resignación pura.
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Perfect
De TodoFue en aquel momento cuando el tiempo se detuvo y las manecillas del reloj no se atrevieron a seguir girando, cuando me di cuenta de que la perfección no estaba en sus ojos, ni tampoco en la curva más bonita que tenía, ni tampoco estaba en su mirada...