And I will say peace
To the people I meet
While the world waits for an explosion
That instant of light that wipes the slate clean
So don't be fooled
No, don't get lied to
Love was always cruel
Don't act strange
Don't be a stranger
It happened to me now it's happening to you
But if you take that train under water then we could talk it through
Well if I could tame all of my desiresMaratón 3 de 4
Camila
—¡Feliz navidad!—exclamó eufórica Diana mientras intentaba hacer que sus palabras no fueran un ruido molesto en el momento en que decidí abrir la puerta de mi departamento, cerré mis ojos por unos segundos frente al dolor de cabeza potente que había cobrado su sentencia después de un turno difícil con una bacteria resistente que estaba produciéndole una meningitis a una niña de dos años. La castaña me miró contrariada hasta que finalmente la dejé entrar aunque aún mi dolor de cabeza seguía presente y sabía la razón de ello, odiaba navidad y todas las fechas en donde había sido feliz alguna vez.
—Hoy no es navidad —sentencié finalmente cuando pude incorporarme a la luz que de a poco comenzaba a iluminarse en el cielo gris —Tengo turno para esa fecha —dije confundida y la chica que tenía la energía y la mirada del sol me miró con una sonrisa antes de asentir besando mi frente.
—Lo sé, tienes turno como siempre —agregó rodando los ojos —Es por eso que he venido antes de perderte en las fechas importantes —aseveró en un suspiro y alzó la bolsa que tenía en su mano izquierda sobre el mesón de la cocina, yo asentí tratando de incorporarme a la escena sin sentir el dolor punzante de mi cabeza —¿Estás borracha?—preguntó frunciendo el ceño y yo negué rápidamente ante ello porque llevaba casi un mes sin siquiera conocer algún tipo de bar ó algún tipo de cerveza, sinceramente era el tiempo más largo de abstinencia que tenía desde la muerte de André por lo cuál me sentía orgullosa de ello.
—Solo no he dormido nada por el dolor de cabeza —suspiré frotando mis manos en un intento de mantenerlas calientes para luego dirigirme hacia la cafetera para hacerme un poco de café —No he podido sacar a una pequeña que tenía meningitis y no sé como le haya ido con el tratamiento —concreté frunciendo el ceño porque esos eran los momentos que más me exasperaban de mi trabajo, el momento en donde no podía hacer nada contra el orden natural de las cosas y solo debía esperara a que los milagros fuesen reales para no perder a un paciente. Sabía que no éramos dioses pero también sabía que debía dejar todo para que pudiese salvar la mayor cantidad de niños, era la única meta que existía en mi vida y debía aceptar que lo hacía bastante bien.—¿Quieres un poco de café?—pregunté en un bostezo antes de comenzar a sacar el café en grano que tenía en la alacena, Diana asintió con esa mirada de ternura que siempre tenía hacia mí hasta que finalmente solo quitó la mirada y se quedó viendo a un punto fijo de la pared.
—Thiago me llamó hoy en la mañana —dijo finalmente en un suspiro, yo no dije nada porque sabía que ellos mantenían el contacto y que Diana solía contarle sobre como yo estaba desde que nos habíamos separado. A mi no me molestaba ni en lo más mínimo su amistad porque sabía que no podía romperla después de tantos años en donde éramos los tres contra el mundo pero muchas veces me sentía indefensa ante sus tipos de protecciones que no me dejaban respirar por mi misma y que muchas veces eran más molestas que cualquier otra cosa —Me preguntó cómo estabas porque ya es casi Navidad —sugirió mientras yo parpadeaba por unos segundos mientras ponía el café en la cafetera antes de prenderla.

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Perfect
RandomFue en aquel momento cuando el tiempo se detuvo y las manecillas del reloj no se atrevieron a seguir girando, cuando me di cuenta de que la perfección no estaba en sus ojos, ni tampoco en la curva más bonita que tenía, ni tampoco estaba en su mirada...