First day of my life

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I remember the time you drove all night
Just to meet me in the morning
And I thought it was strange, you said everything changed
You felt as if you just woke up

Maratón 2 de 4

Lauren

—Eres una idiota Issartel —aseveré mientras mi pecho subía y bajaba frente al cansancio que me ofrecía la castaña mientras jugábamos desde hace casi ya una hora un partido de basquetball entre nosotras dos, Keana sonrió ante mi comentario y se paseó a mi lado con la pelota rebotando a su lado —Sí, bastante idiota —sentencié cansada tirándome al frío suelo de la cancha que se encontraba en el gimnasio del colegio, hoy era sábado y a pesar de que nuestro entrenamiento había terminado hace casi dos horas y ya no se encontraban personas en el establecimiento además de los guardias de seguridad que cada cierto tiempo nos iban a buscar para repetirnos de que pronto tendríamos que irnos, el silencio que había en la cancha era tan relajarte que mis músculos cedieron cansadamente como si no hubiera un mejor panorama que el presente.

Keana no tardó en acostarse a mi lado mientras dejaba el balón café en el piso, las luces presentes en la cancha rara vez se apagaban y hoy era uno de esas veces extrañas donde no estaba alumbrada por los reflectores lo cuál daba ese aire de tranquilidad absoluta que nadie podía romper, la chica de origen francés me miró con su sonrisa más grande antes de sacar algo de su bolsillo, la miré incrédula hasta que vi como de hierba se encontraba en sus manos y no tardó en ofrecerme.

—Pueden echarnos del equipo por hacer esto —refuté y ella solo rió antes de prender la colilla de papel que había creado antes de comenzar a fumar.

—Tú te lo pierdes Jauregui —argumentó encogiéndose de hombros haciendo que finalmente cayera bajo la tentación de probar un poco—Parece que tu autocontrol no funciona hoy —se defendió antes de reír y esparcir los suaves humos de colores que siempre llegaba a través de una calada de un poco de diversión fragmentada, le pedí un poco de su colilla para fumar un par de veces mientras mis pulmones se llenaban de aquel momento tan mágico que siempre me dejaba La Paz eterna que podía ofrecer aquella hierba —Me gusta —mencionó con una sonrisa orgullosa mientras ambas reposábamos nuestros cuerpos cansados frente al relajamiento que siempre dejaba un buen cigarrillo, a pesar de que no solía fumar con frecuencia desde que había comenzado a juntarme más con Keana; mis momentos de felicidad eran más duraderos de una forma que extrañaba en mi vida.

Ella sabía como divertirnos a través de una simple charla en un lugar cualquiera, no eran pensamientos vacíos de estar drogadas como lo era cuando me juntaba con Sam y sus amigos sino que había una charla filosófica e inteligente detrás de todas esas frases suicidas que mencionábamos cuando estábamos lo suficientemente drogadas como para reírnos hasta de porque los autos pasaban en la autopista.

—¿Qué tal tu semana?—me preguntó mientras exhalaba un poco del humo que había entre sus labios, yo le quité la colilla y la puse en mi boca mientras intentaba recordar lo que había hecho esa semana. Sinceramente mis semanas no eran muy distintas una de la otra cuando no tenía colegio, tenía que ir a la charla de autoayuda y de ahí a mi casa a volver a vivir esa vida perfecta que tanto odiaba, sin embargo, con Keana no tenía que fingir sino que podía mostrarle aquella Lauren fragmentada y a ella no le causaba lástima ni tampoco solía causarle algún tipo de miedo al darse cuenta de que no era tan diferente a todas las otras personas que vivían equivocándose en la vida.

Ella me hacía sentir distinta y nos entendíamos a la perfección porque éramos dos chicas perdidas en la autopista que era la vida.

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