Yo te prometo una luna desnuda
Que sea testigo de nuestra locura
Que al final de nuestros días
Nos va a sombrar una sombra
Que no cortare más flores solo por adornar otras
Que confundirás tus manos con las mías
Yo te prometo amor que eres lo mas bonito
Que he visto en mi vidaÚltimo maratón 1 de 4
Lauren
Una sonrisa creada a través de la luz del amanecer mezclada con las tonalidades claras de la soledad de mi alma se presentó cuando pude sentir en mi regazo el cabello despeinado de Camila mientras sus brazos no dejaban de abrazar mi cintura como si fuese el abrazo de la primavera hacia las flores que nacían gracias a ella.
Moví mis manos con cierta timidez para apartar un par de mechones castaños que caían en su rostro dejando que éste iluminara cada parte oscura de mi ser mientras que con un movimiento totalmente parco y sin ningún tipo de gracia, mis labios buscaron su frente implantando un beso totalmente imperfecto que creó la sonrisa más perfecta que había visto en su rostro.
Nuestras miradas chocaron por unos segundos dejando que sus pupilas oscuras me juraran en silencio ese amor perpetuo que invadían cada centímetro de nuestro piel mucho antes de que se volviese un grito al viento, las palabras no hacían falta para describir como aquellos iris podían dar vida a lo que estaba muerto y realizaban la magia de esparcir la fertilidad y alegría de las cenizas de un pasado de memorias que de a poco dejaban de ser parte de mí.
—Buenos días —comentó con esa sonrisa que tanto me gustaba, yo no pude rechazarla sintiendo como inconscientemente también se mostraba una sonrisa entre mis labios —¿Cómo amaneciste pequeña mente acosadora?—preguntó antes de acomodarse en mi pecho para profanar mis labios en la búsqueda de un par de besos que no tenían fecha de expiración porque parecían eternos ó al menos yo podía hacer todo para que se difuminaran cuando un treinta de febrero se marque en el calendario.
—Viendo el amanecer más hermoso de mi vida — le susurré sintiendo como sus labios se presentaban contra los míos como finos pétalos llenos de dulzura en cada una de sus puntas — Eres tan hermosa — sugerí sintiendo como mis mejillas se encendían entre colores que ni siquiera podía diferenciar pero todos provenían del mismo derroche de amor que nacía gracias a ella, Camila posó suavemente sus manos sobre mis mejillas creando caminos en mi rostro como si quisiera conocer cada rincón de éste y a través de su creacion pudiese construir algo que jamás había estado entre mis facciones, la delicadeza con la cuál sus dedos comenzaron a bordear cada centimetro de mí como un dibujo sin pintar me quitó el aire causando una lluvia infinitas de sonrisas pintadas con la ruborisidiad de mis mejillas.
—Eres hermosa — musitó antes de acariciar mi mejilla con esa sonrisa que podía alabar toda la vida si así fuese posible, las palabras como siempre no fueron nuestras mejores acompañantes y solo nos dejamos guiar por esas letras que ambas sentíamos en nuestro corazón pero que no lográbamos darle voz alguna más allá del ritmo condescendiente que exhibían nuestros latidos.
—Tengo que irme —mencioné en un bufido al recordar que hoy era lunes y tenía prueba de historia a la cuál no podía faltar aunque así lo desease, la castaña frunció el ceño ante ello antes de dictar un par de besos sobre mi cuello y mi clavícula provocándome sensaciones infinitas que jamás había sentido en mi vida y que solo tenían sentido porque ella las producía —Tengo prueba de historia hoy —agregué en un suspiro —Y supongo que tú tienes que trabajar —dije enarcando la ceja a lo cuál ahora ella era quién se encontraba bufando por la situación que estaba entre nosotras.

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Perfect
AcakFue en aquel momento cuando el tiempo se detuvo y las manecillas del reloj no se atrevieron a seguir girando, cuando me di cuenta de que la perfección no estaba en sus ojos, ni tampoco en la curva más bonita que tenía, ni tampoco estaba en su mirada...