Había pasado ya un mes. Parecía increíble lo mucho que me había alejado de mu antiguo hogar en estos años. Y aún, ni siquiera se divisaban la imponente figura del castillo de Alvheim. Nos detuvimos en una posada a descansar y no pudimos evitar escuchar a la gente hablando:
- ...Un baile por el nuevo casamiento del rey...
- Pero, ¿no estaba casado ya?
- ¿Qué sé yo? El caso es que habrá una celebración tan grande que no habrá víveres para sobrevivir durante el invierno...
- Esto no sucedía con el rey Svante- apuntó uno de ellos, abatido.
- Lo sé- respondió el otro-. Pero, nada se puede hacer... El príncipe Arie Está muerto, y vi. El nuestra esperanza de una vida digna- sentí la mirada de Iwell sobre mí. Pero, yo no lo miré. Me limite a terminar mi cerveza y subir a mi aposento a dormir.
Así que un baile ¿eh? ¿Qué mejor oportunidad que esa para rescatar a mi hermano y matar al culpable de mi penosa vida? Por primera vez en años dormí plácidamente, y con una sonrisa pícara en los labios.
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- Iwell...Iwell, despierta- sacudí el hombro de mi compañero, que gimió y abrió los ojos.
- Ugh...eres tú- reí ante sus palabras.
- Sí, soy yo princesita- contraataqué-. Levanta, debemos ponernos en marcha- él se levantó, con cara de fastidio y se vistió con sus ropas de camino.
- ¿A qué tanta prisa?- inquirió-. Hace apenas un mes querías arrebatarle el trono a Leif, y ahora... ¿Quieres salvarlo?
- No se trata tan solo de mi hermano, querido amigo- me giré a mirarlo mientras me ponía las botas-. Si no de asesinar al hombre que mató a mi familia y, así liberar a mi pueblo de las penurias- abrí la puerta del aposento y salí.
- Por favor, Fleury, recapacita- Iwell me siguió a fuera de la posada, colocándose el cinturón con rapidez-. El rey Erwin- comenzó, pero me giré de improvisto, quedando a escasos centímetros de su rostro moreno.
- No lo llames rey- le corté, con la voz afilada como un cuchillo-. No es un rey- añadí-. Es un impostor-. Me aparté de Iwell, que expulsó el aire de los pulmones entrecortadamente. Como si se hubiese quedado sin aliento. Yo proseguí mi marcha, sin mirar atrás.
- S-Sólo iba a decir que tu...tío tiene a los soldados más mortíferos de Suecia apostados en cada esquina del palacio. No podrás acercarte a él. Menos aún vencerlo...
- Puede que tenga soldados, pero no se han enfrentado a mi- aseguré, ajustando la silla de montar en el lomo de Ädel-. Y, además, ellos no conocen el castillo de Alvheim como yo. Me crié ahí ¿Recuerdas? Cada rincón, cada recoveco y túnel que mis antepasados construyeron...- Iwell me cortó.
- Si te pillan estás muerto- aseguró, con un deje de amargura reflejándose en sus orbes marrones. Le puse la mano en el hombro.
- Es por eso que tengo un plan.
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Wandering Heir
Historical FictionA todos los rubios del planeta. Sois una bendición. Arie. Ese era su nombre. Fleury era el de su familia. Un príncipe sin hogar. Un rey sin corona. Un hermano sin su hermano. Una historia de las nunca olvidadas, más nunca contadas. La del príncipe A...