❤Capitulo 24❤

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[Narra Luna]
Me quedé dormida en el sofá y soñé que Andy yo estábamos en un prado, completamente desnudos. ¿De que iba mi sueño? ¿Acaso mi subconsciente quería darme una lección moral o algo de eso? No, no trataba de eso.
En el sueño, Andy no era igual, el era un demonio de piel roja, comparado con el azul de sus ojos, daba miedo realmente.
Alas negras, sonrisa pérfida, hambriento de deseo, de pasión, de fuego en la piel, de placer...
Yo en cambio era un ángel ¿negro? Descubrí al instante el porque. Él robó mi pureza en cuanto entró en mi, simplemente se esfumó.
No eramos tan distintos ahora, estaba a un paso de ser una diablesa. Tan sólo debía dejar que su mal fluyera en mi, es decir, que a través del sexo su maldad se cuele en mi cuerpo.
Cuando desperté me encontraba terriblemente excitada y al ver que Andy no estaba en casa, lo llamé.
*Conversación telefónica*
L- Andy, te necesito. - dije esto jadeando.
A- ¿Estas bien? ¿Pasó algo?
L- No,no,esta todo bien, pero te necesito.
A- Voy para allí, bebe.
L- Aquí estaré.
*Fin conversación telefónica*
En 5 minutos estaba en casa.
A- Ya estoy aquí,¿que necesitas?
L- A ti. - dije esto y me mordí los labios.
¡WARNING IS HOT!
Besé sus labios, bajé hasta su cuello y deje pequeños chupetones. Subí a su oreja y susurré "Quiero que me poseas", tembló ante mis palabras. No aguantaba mas y con ansia quité su camiseta y pantalones e introduje mi mano en su bóxer, tocando su virilidad. Él por su parte quitó mi camiseta e introdujo su mano en mi tanga, tocando mi vagina. Suspire de placer, un escalofrío recorrió mi columna vertebral, gemí ante esta sensación, mientras él me llevaba contra la pared. Saqué su mano de mi feminidad, chupe sus dedos y lo besé, él me saboreaba los labios que sabían a mi.
Hice que se sentara en el sofá, bajé su bóxer, con su miembro erecto, me agache y comencé a chupar la punta rosada de su glande y descendí por su tronco venoso y palpitante. Lo miraba y veía su cara de placer, sus ojos cerrados, su boca medio abierta, su respiración agitada...
A- Luna, me voy a correr.
L- Hazlo, quiero saborearte.
Se corrió en mi boca y lo trague. Sabía salado y suave, de tacto espeso y completamente delicioso.

Entre hermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora