TIRE

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—Número de piso —dice JiYong apenas SeungRi responde el teléfono.

— ¿Qué?—Pregunta éste, sin preguntar quién habla. JiYong adivina que otras personas a las que SeungRi les habla para conversaciones banales bromean más, pero está cargando dos bolsas pesadas y no tiene tiempo para eso.  La cortesía es algo que valora, pero SeungRi no es un extraño.

—No recuerdo cuál es tu piso y no puedo tocarte la puerta —dice el mayor impacientemente— y no voy a llamar a SeungHyun, que seguro está durmiendo, ni a YoungBae, que se pondrá presumido. DaeSung no me atendió, así que te llamé.

— ¿Yo fui tu última opción para preguntar por mi número de departamento?—Pregunta SeungRi secamente y JiYong frunce el ceño.

—Se suponía que iba a sorprenderte —dice—. Siempre te parece más difícil decirme cuando estás nervioso.

—818 —responde el menor tranquilamente y JiYong presiona el ocho en el ascensor.

SeungRi ha hecho un medio intento por lavarse con su cabello recién peinado y su rostro ligeramente húmedo como si lo hubiera lavado rápidamente en el lavamanos. Todavía lleva el pijama puesto, de un color borgoña oscuro que contrarresta con el blanco del departamento.

La simplicidad es increíble. JiYong quiere tomar algo de crédito por haber sido quien le enseñó sobre diseño de interiores, aunque su decoración suele tender más a lo llamativo.

—Traje waffles—dice JiYong—. Como te gustan. Y prometo no huir.

—Está bien... —dice SeungRi— ¿Vino?

JiYong frunce el ceño.

—Quizá sea mejor si yo-

—Cierto —dice SeungRi—. Lo siento. Pasa.

La alfombra de SeungRi es suave bajo sus pies.

JiYong está de pie en el medio de la sala de SeungRi mientras éste va a buscar servilletas y tenedores y regresa con los labios fruncidos como quien piensa concentradamente sobre cómo arreglar las cosas. JiYong habla.

—Mi esposa se casó conmigo porque no podía estar con quien quería. Creyó que podía olvidarlo estando conmigo.

SeungRi se detiene por un momento y permite silenciosamente que JiYong hable. Eso también es algo que cambió. Antes, SeungRi lo habría acribillado con preguntas. JiYong aprecia el silencio, pero extraña la voz de SeungRi.

SeungRi despeja la pequeña mesa junto al sofá, apilando junto a éste las revistas que tiene encima para arrastrar la mesa. Apoya los tenedores sobre la misma y mira a JiYong.

—Al final pudo, así que me dejó.

— ¿Sin avisar? —Pregunta SeungRi y JiYong sacude la cabeza.

—No, está bien. Me casé con ella por la misma razón.

—Es una terrible razón para casarse —dice SeungRi tomando las dos bolsas de las manos de JiYong para abrirlas.

—Calla —pide JiYong—. Tuvo sentido en ese momento. Comenzaba a sentirme... inestable.

—Lo eras —confirma SeungRi—. Estabas tan loco que incluso querías que yo- —Tose—. No quiero hablar de eso. No importa.

JiYong se sienta donde el menor le indica.

—Vine aquí a decirte eso, ya que habías preguntado. Debí responderte. Un amigo debe responder.

—Todavía no me creo que estés aquí ahora mismo —dice SeungRi—. Siempre creí que, al desaparecer, tú olvidarías todo de mí y encontrarías... a alguien más para que fuera tu Jerry.

—Nunca dejaré de quererte como lo hago —niega JiYong—. Tú no eres como nadie más.

Si SeungRi fuera como cualquier otra persona, JiYong nunca habría jugado. En Tom y Jerry, Tom siempre pierde. JiYong odia perder.

—Ya me lo has dicho antes —recuerda SeungRi—, pero nunca te creí.

—No espero que lo hagas —reconoce el mayor. El jarabe de los waffles es demasiado dulce. Dulce como la voz de SeungRi. 

—Si te priorizo, lo usarás en mi contra.

—Sí —admite JiYong—. Lo haré. 

Push&Pull [Traducción] NyongToryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora