NUNCA NUNCA NUNCA HAGAS SINSENTIDOS

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JiYong se casa con una mujer a la que no ama porque ella lo lastima en todas las maneras correctas y porque sabe que nunca podrá tener lo que en realidad quiere. Además, no es como si alguna vez hubiera esperado verdaderamente ser feliz: JiYong es alguien que puede ser un hijo de puta; alguien que logra crear lo mejor cuando es miserable. Para él siempre ha significado más ser un artista que estar satisfecho.

JiYong sabe que eso no es justo para ninguno de los dos, pero, al menos, ambos se están usando mutuamente. Intenta no pensar en los dedos rellenitos de SeungRi cuando estrecha su delgada mano e intenta no pensar en las risas de tono alto del maknae cuando ella suelta esa risa ronca.

Kiko no es SeungRi. Ellos no podrían ser más diferentes. SeungRi es fuego y Kiko es hielo, distante, fría e impulsiva donde SeungRi era cálido, suave y paciente.

Kiko tiene una forma de deslizarse bajo la piel de JiYong y dejar pequeños cortes donde no puede verlos y, a veces, él está cantando, componiendo o grabando y tropieza con ellos. Queman y queman y no está seguro de si alguna vez sanarán. De cualquier modo, apenas se notan en comparación con las heridas abiertas que ya tiene y que supuran y se infectan cuando cierra los ojos.

Se encuentran otra vez cuando JiYong tiene veinticuatro años y ya siente como si hubiera perdido a SeungRi, incluso aunque un desconocido habría pensado que el menor seguía ahí. JiYong puede sentir la diferencia en cada vistazo.

Es en una fiesta que su amigo Diplo da en Japón cuando ambos corren hacia el otro. JiYong no la ha visto en más que saludos breves en algunos años y no ha pensado en ella en profundidad. Apenas registraba su rostro en revistas cuando pasaba por kioscos por la calle. La habría saludado cuando ella fue al concierto de BIGBANG en el 2012, pero ya pasó un año y ahora la está viendo sola, cara a cara.

—Pasó un tiempo —dice ella y la forma en la que habla, con un tono exagerado dado el poco uso de su coreano, no ha cambiado ni un poco. Cuando bebe un sorbo de su trago, su labial deja una marca en el vaso y, sí, JiYong recuerda, afectuosamente, la forma en que aquellos gruesos labios se sentían patinando por su pecho y cómo se veían cuando ella sonreía juguetonamente alrededor de su miembro.

—Así es —confirma JiYong volviéndose hacia ella. Su propio vaso de whisky tintinea al chocar contra el brazalete que cuelga de su muñeca. Le gusta la forma en que los párpados plateados de ella brillan a la luz.

—Te odié jodidamente mucho —dice Kiko y JiYong sonríe con suficiencia.

—Escribí una canción sobre lo mucho que te odié —suma JiYong antes de beber un trago sin perder de vista a la chica por encima del borde del vaso—. Heart-heart-heart-heartbreaker.

—Mentira —bufa ella lo suficientemente alto como para que JiYong la escuche por encima de los bajos que suenan fuerte mientras Diplo los maneja desde la cabina del DJ. YoungBae está ahí con él bailando y animando a la gente. Está usando anteojos de sol y eso que le ha dicho a JiYong que no ve nada cuando los usa. —. Tendría que haber tenido tu corazón para romperlo —señala Kiko. Sus uñas son falsas y también están pintadas de plateado. El chico se pregunta si ella vendrá de una sesión de fotos o algo así. —. Y yo nunca tuve tu corazón.

— ¿Tú qué sabes, Mizuhara? —JiYong lame sus propios labios. Saben a whisky.

—Sé que siempre has estado enamorado de alguien más, Kwon JiYong. Creo que ambos lo sabemos.

Es cierto pero, en realidad, JiYong no lo ha sabido todo el tiempo. Él ha estado confundido y balanceándose en el borde de un acantilado, con un pie firmemente apoyado en la tierra y el otro dirigiéndose a la nada e intentando no caer. JiYong recuerda su corazón dolido y lo perdido que ha estado.

Push&Pull [Traducción] NyongToryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora