PELEA CON EL NUDO

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JiYong es la suma de muchas partes feas empujadas contra una chapa brillante. JiYong es como sus dientes, cubiertos de porcelana para las lagunas torcidas y desagradables y los extremos desiguales que nadie quiere ver, ni siquiera él.

JiYong brilla y brilla y a la gente le gusta aquel brillo; les gustan los fragmentos que JiYong les deja ver, atisbos calculados para evitar sus bordes ásperos. Él teje una telaraña en la que todos quedan atrapados sin siquiera notarlos porque están demasiado ocupados mirando las cosas llamativas que no significan nada en absoluto. Justo como le gusta a JiYong.

La cosa es que JiYong no está avergonzado de lo feo que es en el interior, porque esos feos pedazos son los que lo hacen humano y los que lo hacen artista. Es todo, las obsesiones, los celos, el enojo, la desesperación y la arrogancia lo que lo hacen sentirse eternamente novato y esa crudeza es la que le permite escribir esas letras que lo hicieron famoso.

Cuando todo se vuelve demasiado, JiYong se aleja y se oculta en su fealdad, dejando que ésta lo consuma desde adentro para no dejar más que una furia volátil.

Y ahí es cuando JiYong hace su mejor trabajo.

Nadie puede soportarlo cuando está así excepto SeungRi, quien, pacientemente, tomaba el abuso de JiYong con los ojos ensanchados y lastimados y esperaba que lo amara de vuelta; esperaba a que JiYong saliera de las profundidades de aquellas emociones y le pidiera que se acercara.

Y, cuando terminaba y había una nueva canción escrita que nunca vería la radio por ser demasiado extraña y espeluznante y JiYong estaba listo para darle la cara al mundo y pretender ser normal, SeungRi estaba allí, con las palmas extendidas como si buscara un abrazo con el perdón grabado en cada una de sus acciones y JiYong se aferraba a eso como si fuera una cuerda de salvamento. Recuperaba la cordura con la larga cuerda de la sonrisa de SeungRi.

La misma cuerda que JiYong a veces sentía que usaba para ahorcarse a sí mismo.

Porque el problema era, es, que SeungRi está en sus partes oscuras también. Hay SeungRi mezclado en la fealdad de JiYong ya que ésta está llena de todas las cosas que JiYong jamás se permitirá hacer o decir fuera de una canción; ya no. Él ya casi ha dominado su control, incluso a pesar de que SeungRi, con sus ojitos tiernos y su linda sonrisa, esté constantemente amenazando con destrozarlo. SeungRi es la parte de su fealdad que nunca puede olvidar y que nunca puede impedir que escape de él cuando menos lo espera.

JiYong se da cuenta de eso ahora, cuando ve a alguien en televisión tocando al menor como si lo conociera, y él quiere arrancarle los dedos uno por uno porque nadie va a conocer a SeungRi jamás como él lo hace. JiYong se da cuenta de eso ahora que la repugnante exudación de celos sube por su garganta, obstruyendo el aire, la lógica y todo lo demás. Quiere recuperar tantas cosas, pero su orgullo ni siquiera le permite dar una explicación directa.

Porque el problema es que los años han pasado y JiYong todavía quiere tallar su nombre en la espalda de SeungRi con sus uñas hasta dejar cicatrices y que ni el tiempo o la distancia hayan logrado que el sentimiento desaparezca. JiYong puede meter eso detrás de su máscara y reconstruir una amistad con el menor, pero no puede hacer que se vaya y tampoco sabe si es lo que quiere ya que forma tanta parte de él que no sabe si podría reconocerse sin eso.

SeungRi se paró en esa cabina de grabación y grabó la canción de JiYong con esa dulce y alta voz acariciando las palabras del mayor. Todo se precipitó en un instante y JiYong casi se ahogó con eso. Todavía se ahoga cada vez que oye la canción y cada vez que la presentan.

JiYong está tan feliz de escuchar la voz de SeungRi otra vez, de verlo otra vez, pero pronto descubre que eso no es suficiente porque el menor es todo lo que siempre ha querido y éste es bastante inteligente como para saber que su líder no es la mejor opción para nadie. Porque a JiYong no le importa si SeungRi se ahoga en su frasco mientras siga siendo suyo.

Se dice a sí mismo que todo está bien. Mientras más infeliz es, mejor es su música. Su miseria y su fealdad son el combustible de su arte como siempre lo han sido y JiYong se burlará de sí mismo cuando el hecho de que SeungRi le gusta de nuevo deje de ser novedad y se sienta listo para lidiar con lo mucho que siempre ha querido y lo mucho que quiere que el menor se quede.

JiYong siempre se ha dicho que no necesita a nadie, pero casi necesitó a SeungRi una vez. Casi.

Ahora se dice que no. Sólo soporta el dolor mientras desea y niega.

JiYong quiere arrepentirse. Ahora que se bebe a sí mismo, nota que no sabe tan amargo.

Push&Pull [Traducción] NyongToryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora