TIRE

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—Me alegra mucho que se estén llevando bien otra vez —comenta DaeSung y JiYong no le pide aclaraciones.

—Yo también —dice. Ha visto a SeungRi dos veces esta semana y sólo una fue para una presentación. La otra, SeungRi simplemente le había pedido a JiYong que lo acompañe a escoger un traje y éste había ido sin muchas quejas. A SeungRi siempre le gustó elegir trajes que lo hicieran parecer el presidente de la Junta. JiYong cree que eso es una vergüenza.

SeungRi ha estado en el servicio militar durante los últimos años y sus hombros son más anchos, pero todavía se estremece cuando JiYong limpia el polvo imaginario de sus solapas, enviando una vibración a través del pecho de JiYong como un pequeño pájaro revoloteando sus alas en la mañana.

—Yo también —repite.

DaeSung frunce su ceño bajando la mirada hacia su té.

—Siempre quisiste más a SeungRi —dice.

—No es así- —empieza a decir JiYong.

—De otra forma, entonces —se corrige el menor suavemente—, pero él siempre ha sido igual contigo.

JiYong revuelve su café.

—Es como si, en el último tiempo, te hubiera faltado un pedazo —DaeSung sonríe y el mayor no puede verlo a los ojos. —, pero ya volvió.

—DaeSungie...

—Hyung, cuando eras chico, ¿alguna vez juntaste orugas?

—Sí —responde—. Las guardaba en un frasco de vidrio con una tapa de aluminio que tenía agujeros demasiado pequeños como para que escaparan.

— ¿Por cuánto tiempo los conservabas? —Pregunta DaeSung. JiYong hace una mueca.

—Hasta que formaban capullos. Siempre quería abrir el frasco para que, cuando se abrieran, pudieran volar, pero siempre temía despertar a la mañana siguiente y que se hubieran ido —Hace una pausa para tomar un sorbo de café. —. Por lo que nunca abría la tapa. Supongo que siempre quedaban mariposas muertas en el fondo del frasco.

DaeSung tararea pensativamente mientras le agrega más azúcar al té.

—Muchos chicos hacían eso —dice—. Mi hermana lo hizo la primera vez que atrapó una oruga.

—Yo todavía lo hago —remarca JiYong—, sólo que ahora es con personas.

—Mi hermana dejó ir a la segunda mariposa—continúa DaeSung—. Y, durante las siguientes tres o cuatro semanas, ésta regresó todas las mañanas a posarse sobre las flores que mi madre había plantado en el alfeizar de la ventana ya que las había visto todos los días.

—La gente no hace eso —dice JiYong. Su café está demasiado amargo. Puede que a SeungHyun le guste el café negro, pero a él le gustan esas cosas con un poco de leche.

—SeungRi sí —dice DaeSung—. Siempre lo ha hecho.   

Push&Pull [Traducción] NyongToryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora