Push&Pull [Traducción] NyongTory

EMPUJE

— ¿En qué estás trabajando? —Pregunta SeungRi y JiYong alza la mirada. El menor y su tocayo están en la puerta. SeungHyun está usando gafas gruesas y luce como si hubiera salido de un drama. El maknae lleva puesta ropa de ejercicio.

—Nuevas canciones para el álbum de regreso de BIGBANG —responde—. Ésta va a ser una bailable.

Reproduce un poco para ellos. SeungHyun comienza a improvisar sobre la música y SeungRi ríe.

—No es "Shut the Door" —observa mientras el mayor de los tres se acerca y comienza a jugar con la pista. JiYong lo deja ya que se necesita contraseña para guardarle cambios a cualquier cosa en su computadora y, a pesar de que SeungHyun ha intentado por años adivinarla, jamás lo ha logrado.

—No, no. Por supuesto que no —dice JiYong—. Esa canción habla por mí, no por nosotros.

—Tiene sentido —acuerda el menor. El líder asiente.

—El beat es genial —interviene SeungHyun—. Así que está ésta y la otra de Boys Noize, ¿no?

—Y otras dos —confirma JiYong—. He tenido tiempo libre y aún un par de ases más bajo la manga —Sonríe en dirección al más chico. —. Y no tantas canciones tristes, maknae.

—Amo "Shut the Door" —dice éste—. Aunque sea triste. Se siente real —Se rasca la mejilla. —. Es como lo contrario a la última canción que hicimos como dúo, ¿verdad?

JiYong traga saliva.

—Como cuando hicimos "Open Windows" para mi mini álbum. Qué coincidencia, ¿no? —SeungRi está inspeccionando el suelo y JiYong cree que sabe que no lo es.

—Sí —dice y se da vuelta para ver a SeungHyun reproduciendo partes de la canción, analizando dónde podría meter un rap y el estilo que éste debería tener. El mayor se da vuelta y alza una ceja, dándole a entender con ese gesto al líder que ha estado escuchando toda la conversación.

—Me iré a duchar —anuncia SeungRi—. Vendré a recoger al niño cuando acabe.

— ¿Podemos ir  a comprar pastel? —Pide SeungHyun y el maknae golpea su barbilla.

—Sólo si no te le duermes encima —condiciona—. YoungBae y DaeSung todavía están recuperándose de su paro cardíaco.

—Estaba muy ebrio —se excusa SeungHyun—. Y fue hace años. Tendría que haber una ley para que, las cosas que los integrantes de BIGBANG hayan hecho ebrios y con la sola presencia del resto del grupo, permanezcan en secreto y fuera de discusión para siempre.

—Lo prohíbo —dice SeungRi—. ¿De qué hablaría yo entonces en los programas de variedades? Tengo que ganar lanzando a otros bajo el autobús como hace JiYong hyung.

—Ganaste un montón así —señala SeungHyun, pero SeungRi ya está abandonando el estudio dejando solos a los mayores.

— ¿Siempre dicen tanto sin decir nada o esto fue sólo porque yo estaba presente?

— ¿De qué hablas? —JiYong vuelve a fijarse en el beat mientras mueve su cabeza e intenta no repetir la conversación en su mente.

—Ustedes dos son idiotas —dice SeungHyun—. Ambos simplemente se miran como si hubiera un millón de cosas que quisieran decirse y no dicen nada.

—Hyung.

—Creo que estoy contento de que, al menos, se hablen de vuelta —agrega—. Comenzaba a creer que iba a tener que actuar como alguien de mi edad para resolver el problema. Sobre todo siendo que DaeSung no estaba siendo el maduro para mí.

—Creo que somos amigos otra vez —dice JiYong calmadamente—. Estoy bastante seguro.

—Genial. Digo, probablemente, a largo plazo, me voy a seguir deshaciendo de ustedes cuando salgan a cenar, pero, al menos, ahora puedo echarlos juntos y no por separado. Era algo complicado buscarlos en lugares distintos durante mis cortas vacaciones del servicio, quiero que lo sepas.

SeungHyun ríe solo entre dientes y JiYong piensa que es ridículo que alguien luzca guapo haciendo eso, pero él se ve así.

—Algún día YoungBae ganará una medalla de oro. Y, ¿qué harás tú?

—Ir a cenar con él —responde el mayor—. Me gustan las personas que ganan medallas de oro.

—A mí me gusta SeungRi —tantea JiYong. SeungHyun suelta un bufido.

—Yo te lo podría haber dicho hace diez años, JiYongie —dice mientras vuelve a reproducir la canción—. Menos SeungRi, cualquiera de nosotros podría.

JiYong se pregunta qué significa la expresión en su rostro.

—Oh.

—De cualquier forma —continúa SeungHyun—, ¿podrías no hacer ninguna locura que provoque que el maknae vuelva a enlistarse? Si es necesario, vendré y tiraré la caja de zapatos llena de cortes de cabello o cualquier mierda creepy que hayas coleccionado.

—Te odio —dice JiYong.

—Nop, no me odias —contraria el mayor—, porque tengo un dulce rap que queda perfecto en ese espacio vacío antes del estribillo.