Meredith.
-¿Dormiste bien? ¿Los analgésicos te sirvieron? -pregunta mamá por segunda vez, masajeando mi cabeza llena de espuma creada por el champú.
-Sí, mamá -respondo con mi voz algo pastosa. Estoy sentada en la bañera, rodeada por volutas de espuma flotando en la superficie del agua, abrazando mis piernas en un intento por ocultar el inmenso frío que siento y los temblores a causa de ello-. Los analgésicos funcionaron, pude dormir sin ninguna molestia -añado, pero es todo una mentira. La mitad, al menos.
Los analgésicos recetados por el doctor Dunbar desaparecieron mis malestares físicos mas no consiguieron acallar las voces en mi cabeza, las cuales no me permitieron dormir ni un poco; asimismo tampoco pudieron desaparecer el profundo miedo que se instaló en mi pecho desde el momento que desperté en el hospital el día de ayer ni mucho menos se deshicieron de mi constante estado de alarma y paranoia.
Y es que unas pastillas no evitarían que la rubia de ojos tan oscuros como la noche apareciera en cualquier momento para llevarme con ella a quién sabe dónde. No lograrían borrar el hecho de que perdí la apuesta contra Christine.
Salí del campamento, sí. Pero ella ganó la apuesta, ella tocó mi hombro izquierdo tres veces antes de que el lugar entero se prendiera en llamas, lo cual debería servirme de consuelo pues nadie sobrevive a un incendio como ese. Sin embargo yo sobreviví, por lo tanto las probabilidades de que Christine también lo hiciera son bastante altas.
Tal vez debería decirle a Scott sobre Christine, o mejor a papá, para que la policía la arreste y de esa forma no pueda ni mirar en mi dirección. El único problema con ese plan es que ella posee magia, blanca o negra, no importa qué tipo puesto que al final seguro se libraría del peso de la ley en un parpadeo.
Además, estoy molesta con mi padre por su horrible comportamiento hacia Stiles la noche anterior, lo último que quiero es hablar con él.
Tampoco estoy del todo segura si contarle a alguien lo que pasó en el campamento sea buena idea.
-Tu papá vendrá por la tarde.
La voz de mamá logra sacarme de la profundidad de mis pensamientos, aunque mantengo la vista fija en una pequeña burbuja flotando a mí alrededor mientras ella talla mi espalda. Sí, mi mamá está bañándome, pero es comprensible que no quiera dejarme sola ni un solo segundo después de lo que pasó.
-¿Va a disculparse por lo de anoche? -inquiero, pero ya sé la respuesta.
Papá no va a disculparse conmigo, mucho menos con Stiles. No cuando cree que él es quien tiene la razón.
-No lo sé -masculla mamá-. Más le vale que lo haga.
-Si no va a disculparse entonces no quiero verlo -digo, al tiempo que ella quita el tapón de la bañera-. No tenía derecho alguno a tratar a Stiles de esa forma.
-Él solo estaba actuando como cualquier padre lo hubiera hecho, estaba protegiendo a su hija.
-Era Stiles, mamá, no es como si él fuera a lastimarme. Nunca.
-Lo sé, lo sé -me asegura con una extraña sonrisa al tiempo que estira una mano hacia el lavabo para coger mi toalla morada, la cual coloca alrededor de mis hombros una vez que el agua de la bañera se ha ido por completo por la tubería-. Después de todo lo que pasó, estoy segura al cien por ciento de que Stiles nunca te haría daño.
Y es justo por eso el señor Stilinski es quien debería decirme a mí que me aleje de su hijo, porque a pesar de que nunca fue mi intención lastimar a Stiles sí que lo he hecho, y mucho.
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About Witches & Covens | AW&W: 3 | Teen Wolf
FanfictionEN EDICIÓN LENTA. [Libro #3 de la saga "About Werewolves and Witches"] NOTA: por favor, lee la segunda sección del libro Steredith antes de empezar con este. {Spoiler alert!} Tras convertirse en un hombre lobo, la paz es algo que suele escasear...