| Infected.
Scott.
—Entonces, ¿qué es lo que va a pasar ahora? —le pregunto a la madre de Lydia mientras ella coloca una manta sobre las piernas de Sydney, una chica dos años menor que yo.
—Aislamos la enfermedad y luego esperamos por instrucciones —responde—. Si me equivoqué, se irán de aquí muy rápido y entonces seré la maestra loca de biología que entró en pánico por nada —explica y me sonríe amable antes de salir de la carpa transparente en la que nos encontramos.
Sydney, sentada en la camilla que le ha sido asignada, suspira con pesadez, mirando fijamente las extrañas laceraciones en sus muñecas, las cuales me recuerdan un poco a las arañas.
—Oye, vas a estar bien —le digo, tratando de animarla.
Ella sacude la cabeza, haciendo un pequeño mohín.
—No es eso. El PSAT es el examen para la Beca de Mérito Nacional. Mis padres no pueden costear la universidad sin ella —enuncia afligida.
—Estoy seguro que te dejaran tomarlo de nuevo —manifiesto y ella sonríe en agradecimiento, entonces doy la media vuelta y me retiro.
Salgo del salón de arte, el cual ha sido convertido en un centro de aislación por las personas del Centro de Control de Enfermedades, y me acerco a Isaac, quien me espera apoyado contra la pared.
—Al parecer, la viruela no causa el tipo de síntomas como los de Sydney o el entrenador —suelta en cuanto estoy delante de él—, y van a tomar muestras de sangre de todos. Lo que es genial porque Stiles seguro que va a desmayarse.
Hago una leve mueca, pues tiene razón.
—¿Qué más sabes?
—Cortaron todo tipo de comunicación con el exterior. No hay internet ni servicio telefónico.
—¿Te encuentras bien? —inquiero al notar que, por tercera vez consecutiva, se limpia una capa de sudor de la frente.
—Sí, ¿pero no crees que hace mucho calor aquí? —contesta, frunciendo el entrecejo.
—De hecho, sí —enuncio, sintiendo una escalofriante oleada de calor recorrerme la espalda—. Será mejor que regresemos con los demás —sugiero con voz queda.
Isaac asiente y comenzamos a caminar por el pasillo a un ritmo lento. Un grupo de personas del CDC, vestidas con trajes amarillos que los cubren de pies a cabeza, pasan por nuestro lado, hablando sobre pedir a los profesores una lista con los nombres de todos los estudiantes que asistimos a tomar el examen PSAT.
De pronto Isaac balbucea algo que no alcanzo a entender y tira del cuello de su camiseta, tambaleándose rumbo a los vestidores de chicos al mismo tiempo que el repiqueteo de unos tacones se aproxima a nosotros por detrás y la voz de la madre de Lydia llama nuestros nombres.
—Nosotros no podemos contagiarnos, ¿cierto? —pronuncia Isaac en cuanto cierro la puerta detrás de mí, apoyado en uno de los lavamanos—. Este virus, sea lo que sea, no puede afectarnos.
—No. No puede —le aseguro, aunque las palabras me saben a una mentira—. Isaac, tus ojos —mascullo, viendo a través de su reflejo en el espejo el color dorado que hace resplandecer su mirada.
—No... no puedo controlarlo —gruñe por lo bajo, cerrando los párpados con fuerza—. No sé qué me está pasando.
Súbitamente alguien llama a la puerta.
—Chicos, salgan de ahí. Deben ir al salón para que les puedan tomar una muestra de su sangre —anuncia la señora Martin, su figura siendo un tanto deformada por el cristal de la puerta.
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About Witches & Covens | AW&W: 3 | Teen Wolf
FanficEN EDICIÓN LENTA. [Libro #3 de la saga "About Werewolves and Witches"] NOTA: por favor, lee la segunda sección del libro Steredith antes de empezar con este. {Spoiler alert!} Tras convertirse en un hombre lobo, la paz es algo que suele escasear...