Meredith.
Después de que el par de bobos se nos abalanzaran encima a Liam y a mí, haciéndonos rodar desde la mitad de las escaleras (acto durante el cual me golpee la cabeza varias veces) y Liam huyera lejos de la propiedad de nuestra casa tan rápido como Flash, comencé a exigir una explicación a todo el asunto a lo que Scott me contó su historia del wendigo-barra-asesino del hacha que resultó ser el sujeto sin boca que dibujé hace unos días.
Todo suena tan disparatado pero a la vez tan normal. Hemos llegado a un punto en el que los chicos podrían decirme que los cerdos vuelan y sería igual a que si me dijeran que el cielo es azul.
—¿A qué te refieres al decir que lo mordiste? —es lo primero que pregunto al final de la historia, después de escuchar la parte del secuestro de Liam.
—Quiero decir que lo mordí —me dice mi hermano, haciendo énfasis en la última palabra.
Scott está parado en medio de la sala y mi novio está sentado a mi lado en el sillón de tres plazas, sosteniendo sobre mi cabeza una bolsa con hielo. Los dos me miran atentos, expectantes, esperando una reacción de mi parte.
Entrecierro los ojos, arrugo la nariz y me muerdo la esquina izquierda del labio inferior.
—Y con morder te refieres a algo así —levanto una mano y le doy una mordidita leve, suave—, ¿o a una mordida juguetona tipo "me gustas, seamos más que amigos" o algo más al estilo "voy a convertirme en Hannibal Lecter"?
—Mer, muñeca... Creo que sabes a qué tipo de mordida se refiere Scott —me dice Stiles—. Ya sabes, del tipo "voy a crear mi propio ejército de lobos".
Mi cerebro trata de comprender, de procesar el significado de la mordedura. Asiento lentamente, tratando de asimilar la información recibida en los últimos minutos, procesando lo que Scott hizo y las repercusiones de sus actos.
—¿Mer? —Ambos mascullan.
—¿Mordiste a Liam? —suelto, arrugando el entrecejo y volteando a ver a mi hermano—. ¡¿Convertiste a Liam en un maldito hombre lobo?! ¿En qué demonios estabas pensando? ¡¿Dónde demonios tenías la cabeza?! — Me pongo de pie con un leve brinco y él retrocede un par de pasos cuando nota la dureza en mis ojos.
—¡Lo hice para salvarlo! ¡Iba a caerse del techo del hospital! —expresa Scott alterado, retrocediendo un paso más.
Los dedos de mis manos se tensan y se curvan hacia el interior de mis palmas, como si fueran a cerrarse en un par de puños. Tal gesto demuestra una parte de lo enfadada que me siento.
—¡¿Acaso te olvidaste ya de la amenaza de Araya?! ¡No han pasado ni dos semanas desde que regresamos de México y ya te pusiste la soga al cuello! ¿Cómo rayos vamos a hacer ahora para que no se enteren los Calaveras que tienes un maldito beta? ¿Qué infiernos vamos a hacer cuando aparezcan frente a la puerta de la casa con sus armas apuntándonos a las cabezas? ¡Ellos van a convertirte en un maldito rayador de queso con todos los agujeros que van a hacerte con sus balas! ¡Por todos los cielos, Scott! —grito, mis dedos se extienden y entonces Scott sale volando hasta la cocina acompañado de una especie de onda con destellos morados.
»¿Qué fue..., có-cómo hice eso? —me cuestiono a mí misma en medio de un susurro, mirando mis manos con sorpresa y confusión. Se supone que mi té mágico apaga el interruptor de todos mis poderes, así que debería ser imposible que haya podido usarlos para atacar a—: ¡Scott! —grito con pánico. De inmediato corro hacia él, arrodillándome a su lado. Stiles pronto se acerca también—. Oh, Dios. Scott, lo siento tanto. ¿Estás bien? Te juro que no sé cómo pasó, yo no quería hacerte daño.
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About Witches & Covens | AW&W: 3 | Teen Wolf
FanficEN EDICIÓN LENTA. [Libro #3 de la saga "About Werewolves and Witches"] NOTA: por favor, lee la segunda sección del libro Steredith antes de empezar con este. {Spoiler alert!} Tras convertirse en un hombre lobo, la paz es algo que suele escasear...