Capítulo 13: The Dark Moon. Parte II

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The Container.

Stiles.

—Sé que estás preocupado por Meredith, que todo el tiempo lo estás pero ¿no crees que rastrear la ubicación de su celular cada cinco minutos es un poco exagerado? —me pregunta Allison, sonando consternada, mientras caminamos por el pasillo que lleva directo a la fiesta de los Calavera.

—En primera, no lo rastreo cada cinco minutos...

—Revisaste su ubicación diez veces en la última hora —me interrumpe—. Dos más mientras nos dirigíamos hacia aquí.

—Porque en las últimas veinticuatro horas ella ha permanecido en el mismo lugar. Y tampoco he recibido un solo mensaje de texto de su parte, o una contestación a los míos. Lo último que me envió fueron unas fotos de su comida a medio acabar —me defiendo, sin mencionarle la extraña sensación instalada en mi pecho desde la tarde de ayer.

Sensación que ahora es más intensa.

—Te recuerdo que Isaac y Lydia están con ella, si algo hubiera pasado ya nos habrían avisado. Confía en mí, Meredith está bien.

—Sí, supongo que tienes razón —mascullo, aun sintiéndome intranquilo al respecto, mientras ella abre la puerta frente a nosotros. La música no tarda en retumbar contra mis tímpanos, asimismo el olor a licor y sudor tampoco tarda en juguetear en mis fosas nasales. Allison y yo nos quedamos parados frente a la puerta durante unos segundos antes de emprender nuestro camino hacia la barra—. ¿Nos vieron?

—Definitivamente, no tardaran en mandar a alguien a buscarnos —me informa.

Nuestro plan para rescatar a Derek es simple pero cien por ciento efectivo. O al menos eso esperamos. Especialmente yo, no quiero morir sin haberle dicho una vez más a mi novia cuánto la amo, aunque ella todavía no quiera escuchar esas palabras.

Al llegar a la barra me planteo la posibilidad de pedir un trago, Allison parece notarlo pues me mira severa y niega con la cabeza sin embargo en un parpadeo el bartender ha colocado frente a nosotros dos shots de tequila. Un tanto confundido volteo a ver a la cazadora, ella enarca las cejas y encoge los hombros, gesto que no sé interpretar por lo que decido sacar mi billetera para pagar por los tragos.

—No. La casa invita —indica una voz gruesa y masculina, marcada por un notable acento, evitando que saque la cartera del bolsillo trasero de mi pantalón. A su vez siento un fuerte apretón sobre mi hombro izquierdo y por el rabillo del ojo veo a un sujeto con entradas pronunciadas, casi calvo, y un bigote que se une a una pequeña parte de su barba, creando así una especie de marco para su boca—. La mayoría de los adolescentes estadounidenses no cruzan la frontera para rechazar un trago —añade al ver que no hacemos amago de tomar las bebidas.

—No vinimos a beber —le informa Allison con firmeza antes de dejar caer dentro de su bebida uno de los casquillos de bala que Scott encontró en el loft de Derek.

Casquillo en el cual está grabado una calavera.

—Síganme. —El apretón sobre mi hombro se vuelve un poco más fuerte antes de desaparecer por completo.

Antes de obedecer al grandulón me bebo de un trago el shot, porque yo de verdad lo necesito para calmar mis nervios. Allison me mira divertida mientras camino a su lado todavía haciendo una mueca, ese tequila estaba demasiado fuerte.

Recorremos toda la pista de baile pasando por entre los diferentes grupos de personas hasta llegar a una puerta pintada de negro en la que cuelga un letrero en español que no alcanzo a comprender. El grandulón la abre y con un gesto de su mano nos indica que entremos. La pelinegra y yo nos dedicamos una mirada rápida antes de proseguir y mientras atravesamos el umbral el sujeto usa la radio que hace unos segundos colgaba de su cinturón para comunicarse con alguien.

About Witches & Covens | AW&W: 3 | Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora