Stiles.
Subo las escaleras del porche de la casa de los McCall con pasos apresurados, esperando que en el tiempo que me tomó llegar aquí Isaac y Malia hayan encontrado algo con la esencia de Scott (ya que mientras estaba en la comisaría con mi padre recibí un mensaje diciendo que todo en su cuarto olía a jabón), mas al entrar a la cocina me detengo en seco al ver a Liam Dunbar sentado sobre la mesa de centro en la sala con la bola de pelos lamiéndole la cara. Genial, ahora tendremos que lavarle el hocico con detergente para erradicar los gérmenes del mequetrefe.
—Ah, Liam, vete a casa. No vendrás con nosotros —espeto, viendo por el rabillo del ojo a Lahey y Malia viniendo hacia acá—. ¿Tienen el rastro de Scott? —les pregunto.
Antes de que ellos me puedan responder, el pequeño beta se para delante de mí, mirándome con el ceño fruncido. La bola de pelos va y se recuesta en el sofá, dando inicio a su hora del baño. Traidor, ni siquiera se acercó a olisquearme para saludar.
—¿Por qué no?
—Porque hay luna llena y no me gustaría tener que manejar hasta México solo para que tú me desgarres la garganta —le respondo—. Andando, vámonos —añado hacia los otros dos, haciéndoles una seña para que me sigan.
Sin embargo, antes de poder dar siquiera la media vuelta, Liam vuelve a hablar—: Puedes encerrarme, ¿no? ¿Encadenarme al asiento o algo así?
—Rompiste las últimas cadenas, ¿recuerdas? —le dice Malia, ella y el rubio parándose a mi izquierda.
—Sí, tendríamos que congelarte en carbonita para llevarte hasta allá —suelto sarcásticamente.
Isaac se ríe un poco, entendiendo la referencia. Le miro sorprendido, no esperaba eso de él.
—Bueno, ¿dónde conseguimos carbonita? —En cambio Liam me da una razón más para odiarlo.
—¿En serio? ¿Tampoco la has visto? —cuestiono y él frunce el ceño.
No tengo tiempo para lidiar con su falta de conocimiento sobre Star Wars así que doy la media vuelta con la intención de irme ya, Isaac y Malia siguiéndome de cerca y en silencio.
—¡Espera! —Resoplo en cuanto Liam se para frente a nosotros, bloqueándonos el camino a la salida—. ¿Y si me ponen en la cajuela?
—Saldrías de ahí también —indica la mujer coyote.
—Liam, has sido un hombre lobo durante cinco minutos. No tienes que hacer esto —enuncio con calma, no porque quiera ser amable y comprensible con él sino porque estoy seguro de que si Mer estuviera aquí, esas serían las palabras que le diría para quitárnoslo de encima.
—Sé que no, pero quiero hacerlo —me contesta él, haciéndome virar los ojos—. Debe haber cadenas más fuertes, una cajuela más grande o algo así. Tiene que haberlo.
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About Witches & Covens | AW&W: 3 | Teen Wolf
أدب الهواةEN EDICIÓN LENTA. [Libro #3 de la saga "About Werewolves and Witches"] NOTA: por favor, lee la segunda sección del libro Steredith antes de empezar con este. {Spoiler alert!} Tras convertirse en un hombre lobo, la paz es algo que suele escasear...