Cap.48 "ERES MIA"

2.9K 253 33
                                    

Austin se acerca a mi y me abraza, pero yo me aleje de el.

-Déjame ir, por favor-Dije entre el llanto.

-Odio verte llorar-Limpió mis lágrimas, pero nuevamente yo me aleje.-No quiero que me veas como un desconocido.

-Lo eres. Ya no eres el mismo.

-Tu me hiciste de esta manera.

Negué con la cabeza.-¿Que me harás aquí?

-Amarte, cuidarte y protegerte.

-No-Me puse de pie y volví a intentar abrir la puerta.-¡Necesito salir!

-Ellos vendrán por ti.

-¡No me importa!

-¿Segura?

-¡Si! Si esa es la única manera de saber qué harán con mis hijos y estar junto a la persona que amo, no me importa que ellos me atrapen.

-¿¡Por que sigues enamorada de él!?-Preguntó totalmente enojado. Tirando algunas cosas.

Tenía más miedo, realmente Austin era otro.
Retrocedí hasta que tope con la puerta.

-No, no, no-Hablo rápidamente mientras se acercaba a mi.-No me temas, eso es lo último que quiero-Acarició mi mejilla.

-Si me dejas ir, te prometo que volveremos a ser los mismos que antes ¿recuerdas?

-Claro que lo recuerdo. Pero yo quiero que tú y yo estemos juntos.

¿A que se refería con eso?

-Seremos amigos.

-No. Yo quiero que tú seas mía.

Empecé a golpear la puerta con mis codos, pero no podía hacer nada.

-Déjame.

-Creo que debo alejarte de esa puerta.

Me tomó en sus brazos y yo comencé a patalear.

-¡Auxilio!-Grite.

-Oh mi pequeña, nadie te escuchará.

El entro conmigo en una habitación, y el miedo era aún mayor, me dejó en la cama, yo intenté correr hacia la puerta principal, pero el me volvió a tomar, se acercó a mí, hasta que nuestros rostros se encontraban a tan solo unos centímetros.

-¿Recuerdas a Jake?-Le pregunté de la nada y el me miró con mayor atención.

-¿Qué?

-¿Lo recuerdas?

-Por supuesto.

-¿Aún lo quieres?

-Claro.

-Si no me dejarás salir de aquí, por favor ayúdame a saber qué harán con él y Jayden-Las lágrimas volvieron a mi.

-Yo...

-Por favor. Él aún te aprecia, lo sé.

-Y yo a él.

Se separó de mi, se acercó a una mochila y de ella sacó una jeringa, le colocó la aguja y la lleno de un líquido. Volvió a mi y yo retrocedí, hasta que topé con la cabecera de la cama.

-No-Dije.

-Necesito que te tranquilices.

-No lo hagas.

-Lo siento.

Me tomó con fuerza y un gran dolor sentí en mi pierna.
Él me besó la frente, dejó la inyección a un lado y me abrazó; intentaba alejarme, pero no podía, mi respiración se volvió más tranquila y mi vista borrosa, hasta que ya no supe nada.

¡Vendida! 5: No Existe Un Final. (James Maslow & ____)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora