—¿Cómo que mi padre? – la voz de I-pin resonaba en la mitad del camino en donde se detuvieron... o se vieron obligados a detenerse
—¡¿lo ves?! ¡Te dije que no me iba a creer! – se quejó Lambo mientras caminaba al auto y abría la puerta. Se había tardado un rato en lograr que los custodios que tenían, se fueran a la mierda y lo dejaran hablar con I-pin en paz
—¡espera! ¿qué haces? – I-pin trataba de detenerlo, pero Lambo fue más rápido y la apartó del auto — Lambo
—te demostraré cómo son las cosas ahora, I-pin
La muchacha seguía enfadada por todo lo que acababa de escuchar, pues odiaba cuando su hermano se ponía a delirar o mentir cual condenado. Como cuando la llamó para salvar a Reborn, quien no respiraba después de la tortura. Aquella vez la explicación fue un simple, «no dejaré morir al amor de mi vida». ¡Claro que no le iba a creer esa sarta de estupideces! Mucho menos la que acababa de escuchar y peor aún, después de que Lambo confesó que estaba fingiendo todos sus malditos malestares. ¡Maldito hermano el que tenía!
—Lambo, ¡estás loco! — protestaba. Intentaba que su hermano no siguiera con su descabellado accionar, ¿a quién se le ocurría desatar a sus clase A?, pero Lambo logró desatar a los prisioneros – maldición – mascullaba entre dientes mientras sacaba su arma y apuntaba, pero Lambo se la quitó con rapidez y sin aviso — ¡¿qué demonios haces?! — tanteaba su cinturón, buscando alguna otra arma con la cual poder defenderse, pero no había nada
—dile algo, Reborn – se quejó mientras evitaba que I-pin le quitara el arma nuevamente – explícalo o fingirme enfermo habrá sido en vano — a la final tuvo que empujar a su hermana para que retrocediera y guardara distancia — ¡Hasta tuve que aguantarme la toalla caliente! ¡Joder! ¡Fingirme enfermo no fue fácil!
—¡Lambo, voy a matarte ahora mismo! — I-pin alternaba su mirada desde su hermano hasta la puerta del auto. ¡Veía la cadena de los clase A asomarse por la puerta abierta! ¡Iban a morir si es que esos dos ya despertaron de su letargo!
—deberías preocuparte por mí – la voz adulta y gruesa hizo que I-pin mirara a Reborn, quien salía con una lentitud demasiado elegante para un enemigo. Un temblor evidente se mostró en la muchacha... le temía a Reborn desde que lo vio asesinar a sangre fría – supongo que sin esto... soy peligroso – decía mostrando el bozal y los trozos de lo que era la camisa de fuerza
—hay dios mío... ¡demonios! — sabía defenderse cuerpo a cuerpo, pero contra Reborn dudaba que pudiese hacer algo — Quieto o... — su voz tembló levemente, pero se mantuvo firme
—¿o qué? ¿Me matarás? — una sonrisa burlona adornaba su rostro adornado por el rojo de la sangre seca, que no había sido removida
—es mala idea, I-pin – decía Skull que también salía a estirar las piernas — no hagas tonterías querida — El de cabellos lilas era menos impresionante, simplemente era el mismo animado idiota que saltaba con cualquier cosa, igual que un cachorro de lince – que bueno que también me diste de comer o estaría inconsciente ahora... pero esa cosa sí que me costó superar... maldita droga – decía estirándose y palmeando su cuello donde le inyectaron esa cosa — pero bueno, el efecto ya pasó — hablaba con la mirada centrada, brillante y una leve sonrisa que no se observaba por el bozal que aun traía — I-pin — decía con la voz suplicante mientras pedía que lo desataran de esa estorbosa cosa en su cabeza – a un padre no se levanta la voz
—¡¿tú también?! — I-pin estaba alterada al ver a ese par. Aún tenía sus manos en frente de sí para simular una defensa — ¡Ay! ¡me voy a morir o estoy muerta!
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Problemas de Clase
FanfictionCuando tu brillo sale a flote, yo sucumbo sin siquiera darme cuenta. Cuando opacas, yo debo brillar para compensar la situación. Si tú me usas, yo te usaré después. Si tú me celas, yo te celaré el doble. Si tú te atreves a traicionarme, yo te las co...