Notas iniciales:
Escena sexual después de la sección "conflicto interno"
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Tsuna había estado siendo usado para probar diferentes fármacos desde el suceso con los químicos que lo dejaron postrado por cuatro días, sin embargo, no se negaba a ninguna orden por parte de Lancia. No podía.
Kyoya se limitaba a observar el cómo los ancianos inyectaban cosas en el brazo de aquel clase A que le designaron, aunque también tenía la tarea de administrar las otras dosis dispuestas para un determinado número de horas. El azabache cumplía con las labores designadas sin preguntar casi nada, sólo cosas básicas. Tsuna no se quejaba pues la única condición que tenía para dejarse tratar como un conejillo de indias, era que su hijo no le fuera arrebatado y que tuviera todas las cosas necesarias para una vida grata. Pero las cosas no eran tan fáciles como poner una inyección, dar un reporte y seguir con la siguiente dosis para Tsuna mientras el pequeño bebé dormía en la jaula... era complicado, mucho
—Tsunayoshi – Hibari lo llamaba con la voz cansada, fastidiada. Parado en la puerta de la jaula, miraba el cuerpo tendido en medio del pequeño sector dispuesto para su mascota – ¿ya estás muerto?
—Pú... drase – jadeaba, soltando todo el aire contenido en sus pulmones, respirando con dificultad y sintiendo espasmos en su abdomen
—¿Tanto te afecta esa cosa? – decía mirando el frasquito que en esa ocasión debía darle de beber al castaño. La respuesta le llegaba en un gemido adolorido por parte del enemigo que se daba vuelta, agarrándose el pecho y encogiéndose hasta quedarse en posición fetal – ¡Oye! – pero Tsuna no dejaba de soltar gemidos adoloridos, no respondía a sus preguntas. El clase A se quedaba recostado, casi sin moverse, con la respiración tan pausada que Kyoya debía agudizar su oído para asegurarse de que siguiera vivo
—So... ra – susurraba Tsuna cuando su pequeño hijo empezaba a sollozar quedito. Había llegado la hora de alimentarlo e intentaba levantarse para cumplir con su deber – ya voy – susurraba mientras apoyaba sus manos en el frío suelo, sintiendo el temblor en todo su cuerpo, pero negándose a dejar que su debilidad ganara
—Estás muriéndote, ¿y aun así atenderás a tu mocoso? – gruñía y se quedaba viendo como el otro trataba de levantarse, pero caía de inmediato – pídeme ayuda entonces
—Nunca – soltaba con desgano mientras volvía a intentar levantarse, pero no podía, su cuerpo no le respondía – No – susurraba mientras escuchaba como el llanto de su niño se elevaba de a poco. Mas, algo peor estaba pasando. Sintió pánico al escuchar las llaves resonar y la reja abrirse – ¡No! — jadeó
—No soporto los gritos o el llanto – Hibari ingresó sin ponerle atención al castaño, pasando de largo y acercándose al nido fabricado por cobijas y mantas
—¡Aléjese! – con rabia, Tsuna intentaba que su cuerpo reaccionara. La desesperación le llegaba puesto que su hijo no debía ser tocado por nadie que no fuera él – déjelo
—Sólo le daré su biberón – Kyoya estaba harto de los chillidos agudos provocados por esa peste, ahora que no tenía a esa estúpida clase A para ayudar era mucho peor. Sacó aquella cosa del bolsillo de su chaqueta para detener su dolor de cabeza – así que agradece mi gesto humanitario
—Bastardo – susurró e intentó atrapar la atención del carcelero sobre sí, pero el llanto de su niño lo aturdía, lo obligaba a levantarse a pesar del dolor en su cuerpo. Tsuna sólo trataba de ir por su bebé – ¡Aléjese!
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Problemas de Clase
FanfictionCuando tu brillo sale a flote, yo sucumbo sin siquiera darme cuenta. Cuando opacas, yo debo brillar para compensar la situación. Si tú me usas, yo te usaré después. Si tú me celas, yo te celaré el doble. Si tú te atreves a traicionarme, yo te las co...