Capítulo 22: Jerarquía

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Conflicto...



Tsuna se estaba cabreando cuando ya cursaba su primer mes en la madriguera y cabe decir que no ayudaba que su lado "malvado" hubiese tomado el control total del cuerpo físico por acuerdo general. Hablar con sus otras partes no había sido nada fácil y a veces parecía estar perdiendo la cabeza por aquella situación. Tsuna estaba tratando de acoplarse nuevamente a un solo ser, pero que no le dieran la paz que necesitaba sólo estaba volviendo el proceso una pérdida de tiempo y por eso decidió dejarlo como estaba. No sólo soportaba el rechazo general porque estaba gestando a un niño rechazado según las leyes de Reborn, sino que a eso se sumaba las molestas afrentas que I-pin le daba, pues reclamaba la grave herida a su hermano. Tsuna estaba ya hastiado de tanto dramatismo y para imponer su lugar en la manada incluso disciplinó a dos muchachitos y tampoco fue tan bien recibido.



—¿ahora qué quieres, I-pin? — bufaba fastidiado mientras se agarraba la cabeza, muy mal momento para que sus personalidades exigieran libertad — muévete porque tengo jaqueca

—¿y crees que te dejaré pasar? — la muchacha detenía el caminar de Tsuna y eso era arriesgado

—apártate de una maldita vez, mujer estúpida — escupía con furia, estaba ya empezando a oír ciertas voces

—evité una pelea contigo porque estás embarazado de Hibari — decía con el ceño fruncido — pero ahora lo pensé mejor... y le pregunté a Lambo detalles de su pelea sin sentido, ¿qué crees que me dijo? — hablaba con dramatismo fingido

—tonterías seguramente — bufó mientras sentía su cabeza punzar. Eso no era el aviso de que se volvería un animal, sino era sinónimo de que su otra personalidad saldría a flote — ahora quítate y no te lo repetiré

—¡¿cómo pudiste matar a mi sobrino?! — estalló apretando sus puños y colocándose en pose de ataque, poco le importaba estar dentro de la madriguera — ¡¿no eran todos ustedes quienes no querían matar niños?!

—ese niño aun ni existía, su muerte no importaba — gruñía, pues esa postura no le estaba dando gracia, eso era una afrenta contra su autoridad — así que quítate

—te voy a enseñar a no meterte con mi familia

—y yo olvidaré que eres la preciada hija de Reborn si es que no te quitas, ¡ahora mismo!

—claro que no me voy a quitar — una mujer enfadada era de temer

—después no te quejes — gruñó mientras dejaba salir sus garras y sin aviso arremetía contra I-pin, pues no tenía tiempo que perder

—te demostraré de lo que somos capaces — a puño cerrado enfrentó al clase A, desviando el ataque de Tsuna y golpeándole el rostro, pero no se dio cuenta de la sonrisa maniaca que el otro tenía

—golpeas como un humano cualquiera — sus dientes se desplegaron y atacó a la yugular de la muchacha que apenas logró colocar su brazo para evitar la mordida. I-pin sintió esos colmillos incrustarse, pero en seguida la soltaron

—joder — musitaba antes de golpear la cabeza de Tsuna, pero este de inmediato la esquivó. I-pin iba a patearlo, pero sintió las garras de ese tipo rodeando su cuello — recuerda quien soy — le advirtió

—¡una mocosa a la que Reborn no le ha dado una nalgada para que sepa su puesto en la manada! — gruñó antes de aplicarle el mismo castigo que a Lambo, estampándola contra la pared mientras le apretaba el cuello — ¿no entiendes?

—maldito seas tú... por atreverte a dañar a mi... hermano — sintió como aquel castaño la soltaba mientras se alejaba dos pasos. I-pin había olvidado lo veloces que podían ser esos tipos. Cayó de pie, pero sabía que no debía descuidarse y retomó su postura — ¡te mataré! Maldita basura traidora

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