Omnisciente.
La vida de Lauren avanzaba lentamente, como si todo se detuviera para reírse en su cara, eso era lo que sentía pero la realidad era totalmente lo contrario, los meses pasaban como avión, llegaba Abril, donde todo el mundo empieza a emocionarse por el Verano, las vacaciones, el sol, la playa, la arena, el calor, el bronceado, en fin una época del año que a todo el mundo le gusta.
Lauren no se percataba de eso, tan solo vivía en la rutina de todos los días, alejarse o no de Rachel era algo que le costaba, pero aún así tomo un poco de espacio para así misma, aunque no se acercara deforma directas su hija, lo estaba haciendo de una forma indirecta. Dinah era su aliada externa en su vida, la chica le pasaba a Rachel los regalos de Lauren diciéndole a la pequeña que está se las enviaba desde lejos. Así mantenían la ilusión viva de Rachel con su tía Lauren. Al menos así Lauren se sentía más cerca de su hija.
Camila por su parte apoyaba la decisión de Lauren al enviar regalos a su hija, pero aún así quería estar cerca de la chica, aunque su padre la tuviera prácticamente vigilada. Su relación con Harrison iba de mal en peor, simplemente el amor se estaba yendo rápidamente de una relación donde no había amor verdadero, pero Camila se mantenía una por su hija y otra por su padre, ella sabía que era lo correcto y así debía respetarlo, aunque no amara a Harrison, aunque solo le quería mucho.
Lauren entraba a la gran iglesia donde cada año hacían la misa para su difunta abuela. Ella no era muy fan de la iglesia católica, simplemente por su historia y por los recientes antecedentes de los curas con las violaciones. Reconocía que hace años que no venía por lo mismo, pero ese día sintió la necesidad de ir a ese lugar que no era su favorito, tal vez para ver algún tío, aunque este la odiara, ver a su familia que extrañaba y le hacía falta aún en su vida.
Tomo asiento en la última fila, mirando a toda su familia hacia adelante unidos los uno con los otros. Pero lo que más le llamaba la atención era ver a los Cabellos con John sentados ahí, simplemente era chistoso saber que ambas familias eran unidas, al parecer todo era por ella, pero tampoco quería sentirse el centro del universo, así que pensaba que solo se habían unido por algún negocio o algo así.
Camila se levantaba cada vez que el cura lo pedía con la voz latente de su pequeña hija diciéndole que le aburría estar ahí, pero ella intentaba ayudarla a que el aburrimiento pasará ya que ella también lo estaba.
-Sácala un rato si ya está terminando.- dice su padre murmurando.
-Tienes razón.- mira a su pequeña, la toma en brazos para salir al exterior del lugar.
Lauren levantó su mirada para ver a su pequeña hija en los brazos de Camila, sonrió instantáneamente, de un impulso salió detrás de ella. Había extrañado tanto a su pequeña, tan solo esperaba que esta no estuviera molesta. Vio como ambas tomaban asiento en una banca blanca, mientras Camila le explicaba algo a Rachel, no lograba escuchar pero si lograba ver la expresión de asombro de su hija.
Decidió acercarse sin llamar la atención de ambas, con cuidado tomo asiento al lado de Rachel en silencio, haciendo como si fuera cualquier otra persona que se sentó a su lado.
-Por eso todos los domingos se le hace como una ceremonia a Jesus y su iglesia.- terminaba de explicar Camila a su hija.
-Genial, pero las personas se paran muchos, es aburrido.- hace una mueca.
-Creo lo mismo.- habla Lauren, Rachel la mira sorprendida llevando sus dos manos a la boca en señal de asombro, a lo que la chica mayor sonrío. -Es aburrido estar parándose a cada rato.-
-¡TIA LAUREN!.- se lanza a ella envolviendo fuerte sus brazos alrededor de su cuello, Lauren la atrajo a ella abrazándola fuerte, la había extrañado demasiado.
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Skin (Camren)
أدب الهواةA veces los sentimientos tienen que ser dejado a un lado para poder conseguir lo que queremos. El sacrificio es lo principal para el bien propio, dos caminos diferentes que se deben reencontrar. Dar todo por recuperar lo que le quitaron era lo que...