Omnisciente.
Semanas fueron las que pasaron en esa clínica, donde la recuperación de dos chicas fue maravillosa, aunque la de Lauren fue más rápida que la de su hija por razones obvias, todo lo que implicaba la recuperación de Rachel fue más lento, ya que la pequeña debía aprender a vivir con un órgano que no era de ella.
Lauren le dieron el alta una semana luego de la operación donde extrajeron su órgano para su hija, ella tuvo al menos 2 semanas en casa donde no podía hacer mucho pero aún así se las arreglaba para moverse dentro de su hogar, aunque tenía prohibido salir de este, por lo que no podía ir a ver a Rachel y tan solo hablar por celular con Harrison para preguntarle cómo estaba su bebe.
Su relación con Camila era nula, Lauren se había cansado de la chica, de sus mentiras, de sus engaños y principalmente del todo el daño que le había hecho antes y ahora, por lo que Harrison se había convertido en su principal informante desde ese momento cuando se enteró que Rachel era su hija biológica y desde que salió de la clínica el ha sido su informante.
También había tomado una gran decisión, ya no habían más excusas para estar cerca de lo que le pertenecía, había quedado con Harrison de decirle la verdad a Rachel, aunque Camila aún no supiera de la información a ella no le importaba que dijera la morena, ella era su madre y punto. Harrison no tuvo mayor problema en aceptar que Lauren era la madre de Rachel, en más, lo comprendió y apoyo la situación de Jáuregui ante todo, estando en total desaprobación con todo lo que decía su suegro, el sabía que al fin y al cabo era mejor para su hija y de una u otra forma el siempre sería el padre de Rachel.
-Rachel Harrison.- decía en la recepción de la clínica.
-Espere un momento.- dice la enfermera. Lauren impacientemente veía como esos segundos se le hacían eternos. -Está en la habitación 303 al final.- le sonríe.
-Gracias.- camina lento, aún no estaba bien físicamente por lo que todo era más calmado para ella ahora, al tener un riñón todo tenía que tener un cuidado mayor, incluso el ejercicio tenía que ser suspendido por un tiempo.
Visualizo la habitación, tocó una vez para entrar al lugar donde se encontraba su pequeña hija ahí estirada sobre una cama y conectada a unos sueros para que su cuerpo no se deshidratara, Lauren sintió el deseo de estar en su posición y que su hija no tuviera que pasar por eso, que fuera ella y que su pequeña no tuviera que sentir dolor ni tener que luchar por vivir. Su hija era una luchadora, una guerrera que admiraba y amaba con todo su corazón, su hija era un ejemplo para la valentía de muchos, incluso de su propia madre, Camila, quien estaba sentada en una silla al lado de la camilla, quien le miraba con tristeza y asombro, pero poca atención le presto, ella estaba ahí por su hija. Solo por ella.
-Tia Lauren...- dice la pequeña sonriente.
-Rachel.- se acerca a ella. Le besa la frente. -¿Como te sientes pequeña?.-
-Bien... mejor.- sonríe.
-Te traje un regalo.- dice animosa. Le pasa un regalo envuelto. -Para que no te aburras tanto.- le ordena su pelito, la pequeña le regala una gran sonrisa. Mientras abre su regalo.
-¡Un Puzzle de Moana!.- dice feliz. -Gracias Tia.- sonríe.
-De nada pequeña.- ríe. Le da otro besito ahora en su mejilla.
Rachel comienza a jugar con el puzzle, mientras miraba la misma película en la televisión, yendo a un mundo aparte. Lauren un poco cansada se sentó en la otra silla de la habitación, cerca de su ex quien se le notaba el cansancio en la cara al igual que en su cuerpo. Lauren le miro, y sintió su corazón encogerse por un momento, tal vez no debía ser tan egoísta con la madre de Rachel. Soltó un leve suspiro, le volvió a mirar.
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Skin (Camren)
FanfictionA veces los sentimientos tienen que ser dejado a un lado para poder conseguir lo que queremos. El sacrificio es lo principal para el bien propio, dos caminos diferentes que se deben reencontrar. Dar todo por recuperar lo que le quitaron era lo que...