—Él tiene razón. He sido egoísta contigo, Rachel. Permití rumores sobre ti, esperando que puedas afrontarlos, así sin más. No hice nada —Mark está frustrado y el sentimiento de melancolía se instala en mí.
Ahora entiendo el mensaje de Jackson. Él pretendía ahondar en las profundidades de los pensamientos de Mark. Haciéndolo sentir culpable, comparándolo con él. Y lo ha conseguido.
—Mark —levanto mi mirada—. Jackson inventó los rumores. Tú no. Él se ha empeñado en dañar mi imagen. Tú no. Esa es la gran diferencia.
Transformo mi enojo de antes en palabras gentiles. Ver a un hombre tan seguro caer en el sucio juego de palabras de Jackson me amilana. ¿Siempre ha sido así? ¿Manipulador, cínico, mentiroso, entre otras cosas? La idea de haber estado con una persona con tales adjetivos, no deja de aterrorizarme. ¿Fui tan ciega al no darme cuenta de cómo es Jackson realmente? ¿Cuántas veces me manejó a su antojo, me mintió o manipuló? O peor aún ¿Cuántas veces yo cedí ante eso? Siento mi cabeza doler ante aquellos pensamientos.
—Tampoco hice nada para evitarlo —replica.
Reconociendo en él, los demonios que también me atormentan, regreso la posición de mi cuerpo frente al suyo. Mark me suelta.
—¿Qué podías hacer? —Interrogo acercándome a él—. La situación es lo que es. Pero sentir que estar cerca nos empieza a atormentar...
—Jamás pienses que tu cercanía me atormenta, al contrario —aclara—. Me calmas. Incluso ahora que no lo merezco... Que por un momento te hice pensar que creía en rumores sobre ti.
Voy a protestar, pero sentir su mano posarse en mi mejilla, acariciándome, me hace callar. «Creo en ti, Rachel. No en ellos» Veo su boca acercarse a la mía, no me resisto, sin protestas recibo su beso con movimientos aterciopelados, que me embriagan.
«No esperaré que puedas soportar chismes que te involucren, porque no tienes que tolerar estas cosas y tampoco quiero que lo hagas. No es justo para ti» Dice entre besos.
—Desataré una guerra cuando salga otro rumor —bromeo, en mi intento de disminuir la tensión entre nosotros. Mark hecha su cabeza hacia atrás, observándome fijamente.
—Desatáremos, cariño, desataremos —corrige en el mismo tono divertido con el que yo he hablado, pero su seriedad enseguida vuelve—. Hablo en serio, Rachel, no permitiré más chismes de pasillos. Aunque tengamos que involucrar a terceros.
«Cariño» Es lo único que mi mente retiene y repite, con una sonrisa de deleite, recibo sus palabras. Pese a que siempre he visto un hombre dulce en Mark, la manera en la que ahora habla y se preocupa por mí, hace que el pulso me tiemble o el mismo corazón.
—¿Qué? —Pregunta y me doy cuenta que se debe a la manera tan fija en la que no puedo dejar de mirarlo. Niego sonriente—. Siento mi actitud de antes. No pude dejar de sentirme molesto conmigo. Por eso deseaba pensar las cosas bien, antes de hablar contigo.
—Y yo llegué aquí, sin avisar —digo, sintiéndome avergonzada al recordar las presentaciones en la que Steven me involucró—. Lo siento.
—Me gusta que estés aquí —con suave gracia y agilidad, desliza su cálida mano a mi cintura, rodeándome con su brazo.
Sentir la piel desnuda de su torso, provoca una sofocante calidez que me inunda en el abdomen y se propaga en mi corazón, acelerando los latidos del mismo.
«Mucho» Continúa hablando y mi respiración agitada es lo único que se escucha en la habitación. Últimamente estar en un lugar a solas con Mark significaba tener que lidiar con la notable tensión sexual entre nosotros. Es como si después del acercamiento tan intimo que tuvimos hace semanas en el sofá de su departamento, se haya desatado una atracción magnética e irrompible entre los dos.
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¿En clases no? - BORRADOR 2016
DragosteTras su ruptura amorosa, Rachel Lombardo se verá involucrada en rumores que la llevarán a conocer a Mark Harvet, un hombre inteligente y encantador. ¿El único problema? Es su profesor. Mark tiene códigos, aquellos que han regido su profesión, pero t...