13. Encuentros 🔞

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— Amy, dilo —suplico.

     El suspenso me está matando, cuál sea la verdad, es mejor saberla de una vez.

—Ya sabes que salgo con Dylan. Me acabo de enterar que es hermano de una tal Samantha, ex novia de Mark —la demoledora angustia que siento me obliga mantenerme callada—. Rach, no estoy asegurándote nada, pero él me comentó que Harvet tiene una extraña manía y obsesión de salir con mujeres muy parecidas a su hermana Samantha. Ellos terminaron hace años y parece que Mark no lo supera —Amy espera a que diga algo, pero solo me concentro en escucharla—. Samantha, tú, Mishelle, se parecen. Bueno, Mishelle cambió su aspecto justo antes de que Mark la terminara...

«De eso se trata, Rach... No solo es un prototipo. Según la versión de ellos, Mark no se enamora de las mujeres con las que sale, si no de lo que él quiere que sean, de lo que cree e imaginan que son... Su ex. Samantha. Es tan retorcido esto y averiguaremos la verdad, pero... Ten cuidado» Amy continúa y me niego a creer en lo que ha escuchado.

— Coincidencias —susurro con la esperanza que me alberga.

— Ojalá, Rach —dice apenada—. Y lamento tener que decirte esto, pero no quiero que te lastimen. Aunque Mishelle no es de confianza, se lo pregunté y por alguna extraña razón decidió mostrarme más fotos de las mujeres con las que Mark ha salido, y con la versión de Dylan... Te envié las fotos.

Con una mirada sombría, reviso las fotos que recibí junto a sus mensajes, al verlas, noto los latidos de mi corazón en los oídos, más allá de los rasgos comunes de las mujeres de las fotos, las seis son muy similares y pensar en Mark de una manera tan enferma, me hiere. Comparándolo con el hombre tan dulce y preocupado de antes, me niego a aceptarlo.

— Confío en ti, Am —digo—, pero también en Mark, no lo sé... Quiero creer en él.

— Ha salido con Mishell, ¿Sabes el estado en el que hay que estar para soportarla? —Habla con diversión, sin embargo su tono es preocupado—, le he preguntado a mi madrastra y confirmó lo que Dyl contó, dijo que Mishell un día decidió cambiar su aspecto físico y Mark la dejó.

Trato de soportar la punzada del dolor que me causa pensar mal de Mark... El momento que pasamos se propaga en mi cuerpo, esparciéndose como el fuego, quemándome, al sentir sus caricias aún marcadas en mí.

—No sé qué pensar, Am.

—Rach, solo ten cuidado ¿vale? He decido contártelo para que hables con él o si quieres lo averigüemos juntas —aconseja—. Quería investigar antes de desenmascararlo, pero... Debía decírtelo y evitar que lo de ustedes avanzara a más... Ya sabes.

Sus palabras dan la última puñalada a mi corazón, una explosión de decepción en mi pecho amenaza con llenarme los ojos de lágrimas, «¡Lo han hecho ya! » La escuchó decir con sorpresa.

— Te llamo luego.

Cuelgo, soy incapaz de admitir que me he entregado a un hombre que apenas creía conocer, dejándome llevar por los sentimientos que causa la idea, no hago mas que sentarme en la cama, intentando ordenar mis pensamientos. ¡Joder! Es que no puede ser verdad.

—Debo hablar con él —medito en voz alta.

«¿Y si te miente? o Peor aún, ¿Qué harás si el hombre al que te has entregado por completo, admite que mientras te mira, piensa en otra?» Increpa la voz en mi cabeza.

Pasan varios minutos y sigo sin saber qué hacer o creer. Mientras más pienso, menos claridad de mis ideas tengo. Decidiendo que lo mejor es estar sola y pensar, me levanto de la cama, haciendo un pequeño gesto de dolor al ponerme de pie, recojo mi ropa del suelo y empiezo a vestirme. El crujido de la puerta al abrirse me sobresalta. Mark entra a la habitación haciendo que casi caiga sobre mis pies por el susto.

¿En clases no? - BORRADOR 2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora