23. Entender...

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07 de diciembre (meses atrás)

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07 de diciembre (meses atrás)

Mark Harvet:

—¿Te volviste loco Mark? ¡Maldita sea! Quiero golpearte.

Con tono enfurecido Ildet reprochó mis decisiones, se encontraba inquieto, caminando de un lugar a otro en su despacho. Permanecí apacible, sentado en la silla frente a su escritorio con una pierna cruzada, apoyando el tobillo sobre la rodilla opuesta.

—Ildet, yo acepto que no ha sido ético —hablé con sinceridad—. Salir con mi alumna no estaba en mis planes. Aunque tampoco voy a mentirte, no hice mucho para evitarlo.

—Sabes que me da igual que te liaras con Lombardo, ¿Pero renunciar? ¿querer casarte con ella? —Cuestionó, recordando el motivo de nuestra reunión— ¿Tomarla de la mano frente a todo el puto curso? Definitivamente enloqueciste, Harvet.

Él habló rápido e igualmente desesperado. Dejó de caminar y volvió a sentarse en su silla, respirando profundamente por varios segundos.

—Ildet, voy aclararte algo, no enloquecí, me enamoré.

—¡Es lo mismo! —Replicó molesto.

—Puede que sí, pero es el tipo de locura que elijo para mi vida.

—Mark, ¿qué me estás contando? Apenas tienes meses de conocerla. Ni siquiera a esta muchacha, la cerebrito de tu promoción, ¿Cuál es su nombre? —él chasqueó los dedos, pidiendo una pista de mi parte, pero lo ignoré—. Bueno, a ella, que fue tu novia por mucho tiempo, nunca te escuché con planes alocados de casarte, ¿Y con Lombardo sí?

¿Qué necesidad tenia de mencionar a Samantha en esto? Nuestra relación se había terminado hace años, ni siquiera tenía caso.

—Ildet, tengo veintiséis años y considero que he vivido lo suficiente —hice énfasis en mis dos últimas palabras y no solo me refería a mi vida sentimental—, o al menos lo necesario para saber lo que quiero y lo que no... Además, vine aquí a presentarte mi renuncia, las razones que te di fueron como amigo, no estoy pidiéndote aprobación para comprometerme con mi novia.

—Bueno, cásate si quieres, pero ¿renunciar a todo por una mujer? —Reprochó nuevamente.

—Me conoces, sabes que haría lo que sea por alguien de mi familia y sí, eso la incluye a ella —aclaré—. Sin embargo, este no es el caso, Wens. No estoy renunciando a todo y mucho menos por Rachel.

Simplemente estoy aceptando los cambios que implican una relación. Eligiendo lo que me daría tranquilidad junto a la mujer que quiero.

—No esperes que te felicite, Harvet —demandó y sonreí. Aunque no me hacía mucha gracia su actitud, me mantuve con buen humor, no existía nada que pudiese empañar mi felicidad.

¿En clases no? - BORRADOR 2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora