12. La razón 🔞

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Con el singular fin de semana que tuve, recreándose en mi cabeza camino por los pasillos de la universidad en dirección al curso de mi clase con Mark

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Con el singular fin de semana que tuve, recreándose en mi cabeza camino por los pasillos de la universidad en dirección al curso de mi clase con Mark.

Pensar que la reunión con su familia resultó ser más incómoda de lo que imaginaba. Por supuesto, el mal rato no se debía al encanto y buen humor de Steven, la amabilidad de Romina o la empatía de Eleanor... Ellos fueron lo mejor de aquella tarde del sábado. ¿Pero el señor Ethan?

Solo de recordarlo me vuelve a incomodar, entendía que no me aceptara. Sin embargo, su actitud fue grosera y afortunadamente la reunión no duró más de quince minutos.

Aunque fue un mal momento, todo eso se borró el día siguiente, cuando Mark nos visitó a mi madre y a mí en casa. La comodidad en la que mi extraña nos hizo sentir, fue cautivadora y me enorgullecía. Ella dejó cualquier prejuicio de lado y tal cómo lo mencionó «Elegía mi felicidad sobre cualquier cosa»

—Rachel Lombardo —escuchar mi nombre ser pronunciado con rudeza me aleja de mis pensamientos, giro en busca de la voz que no reconozco—. ¿Se ha realizado exámenes médicos? ¿Principalmente en su órgano auditivo?

Pregunta irónico el hombre que tengo frente a mí. El director Ildet.

—¿Disculpe?

—Llevo llamándola un buen rato, ¿no escuchaba o no deseaba escuchar? —explica con mal humor—. Qué bueno que la veo. Acompáñeme a mi oficina, debo hablar con usted.

—Tengo clases —informo y su expresión amarga se agudiza.

—Su clase es con el profesor Harvet ¿no? —pregunta con la actitud sorna de siempre—. No creo que haya ningún problema.

Comenta, ordenándome que lo siga. La insinuación de su comentario me perturba. Sin embargo, armándome de valor, decido seguirlo hasta su oficina.

— Bien, señorita Lombardo.

Nuevamente una pizca de acusación relampaguea en el tono del director.

— ¿Sí?

—No creo en un rumor ¿Sabe? —dice sentándose en la silla de su escritorio—, ni en dos, ni en tres... Pero múltiples rumores y una foto, no se pueden negar.

¿Foto? Mi cuerpo queda petrificado, y un aura emanan en mí al ver la pantalla del móvil que el director me muestra, contengo la respiración al ver la imagen de Mark y yo besándonos en el coche. Aunque la imagen no es del todo clara, se puede identificar perfectamente nuestros rostros. A juzgar por la ropa, eso fue cuando regresaba del hospital, después de ver a Mamá, justo antes de que Jackson nos interrumpiera. Mierda... ¡Fue él! Por supuesto.

— No es el profesor Harvet —digo firme y él resopla.

—Señorita Lombardo —eleva la voz, sorprendiéndome— ¿Tengo cara de estúpido?

¿En clases no? - BORRADOR 2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora