Capítulo 5

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—Esto es interesante— susurró quedamente en mi oído mientras me obligaba a moverme al compás de la música.

Había sido empujada una vez más al interior de la casa donde estaba en pleno desarrollo una orgia o eso creía al ver dos chicos y tres chicas subiendo todos juntos muy contentos por las escaleras, como sea, era su vida y esas cosas debían ser irrelevantes para mí; pero el tener a Harry pegado a mí, me hacía preguntarme si en realidad era tan excitante como para que todos lo quisieran practicar tan abiertamente y experimentar en el proceso.

—¿Realmente el sexo es así de alucinante?— le pregunté a Edward en cuanto los cinco seres humanos se perdieron de mi vista.

Harry se detuvo un momento en nuestro baile (obligado para mí), pero lo retomó mientras aclaraba bien que era lo que me iba a responder exactamente. Me giró y me obligó a bailar de frente con él, esto si era más incómodo y atemorizante que la anterior posición.

—Cuando es con la persona correcta te puede hacer tener los mejores orgasmos de tu vida— levantó sus cejas sugestivamente.

Así que él ya había estado con la persona correcta, supongo que tendría que hallar la mía y descubrir si era cierto o no.

Lo fulminé con la mirada en cuanto posiciono sus manos en mi trasero y lo apretó hacia él, rocé su entrepierna y el momento se volvió incomodo; lo empujé un poco y perdí el contacto que lo tenía tan feliz.

—No seas pervertido, en serio tenia curiosidad— mantuve mis manos en su tórax para que no pudiera acercarme más a él.

—Y yo estoy dispuesto a satisfacerla— una sonrisa lobuna cubrió por completo su rostro y me atemorizo.

¿Cómo podía tomarse las cosas tan a la ligera? Entendía su experiencia en el tema, de algún lado tuvo que aprender Ian sus pervertidas mañas, pero nunca se me paso por la cabeza que alguno de los dos las quisiera utilizar en mí, había imaginado, que igual que los demás hombres que me rodeaban, me consideraban como una hermana menor; "Demasiado tierna para tener un mal pensamiento" habían sido las exactas palabras de Jason y una vez más se repasaban por mi mente, ¿que debía concluir de esto? ¿Que estaba perdiendo mi ternura? o ¿qué Edward era un pervertido que quería robar mi inocencia? Desgraciado, acababa de volver mi cabeza un lió.

—¿En qué sentido?— me atreví a preguntar.

—En todos los sentidos habidos y por haber— rozó su nariz con la mía dejándome sentir su respiración sobre mi piel.

—¿Incluso sexuales?— tenté a mi suerte mientras me hacía la que no me afectaba, aunque por dentro todo mi ser estaba temblando del miedo.

—Esas son los más interesantes— unió nuestras bocas para enfatizar su punto, y sí que lo enfatizaba bien.

Sus labios eran del grosor y tamaño perfecto, eso sin contar la agilidad con los que lo sabía manejar, Dios bendiga los labios de los hermanos Sullivan.

Mi cuerpo estaba temblando en respuesta a la motivación, Edward no hacía fácil mi control; bajo una vez más sus manos a mi trasero y lo apretó acercándome a su cuerpo de nuevo, él gimió ante en choque de cuerpo, que débil era el hombre.

—¿Desde cuándo te volviste tan descarado?— pregunté una vez que mis labios estaban un poco alejados de los suyos, no lo suficiente para ver toda su cara, pero si lo suficiente para mirarlo directamente a los ojos.

Él rió un momento antes de contestar: —Siempre lo he sido, pero antes no estaba bien que yo coqueteara con la mejor amiga de mi hermanito, no era correcto, sobre todo porque ambos eran un par de niños— me dio un leve beso.

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