Capítulo 29

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—Así que Sullivan y tu están saliendo— fue el comentario "casual" de Jake mientras me llevaba a la escuela.

—Algo así— me encogí de hombros y seguí mirando a través de la ventana, yo solo quería dormir hasta tarde, se había acabado mi vida escolar en esa institución, los de último año ya teníamos las notas, no nos habían hecho exámenes como una recompensa o qué sé yo, algo así se habían inventado los profesores para no tener que ponernos más trabajos, realmente llegué amarlos por ese detalle, pero mi amor duro solo cinco minutos de euforia. Lastimosamente tenía que seguir yendo, porque aun faltaban unas aburridas ceremonias que era parte de la despedida del último curso y el baile al cual debía ir con Jason, yo solo quería vacaciones.

—¿Algo así? No me digas que él no quiere nada enserio porque en este mismo momento voy y le muestro lo que es meterse con un Reed, y luego te llevo a un convento— apretó su agarre en el volante del auto, sus nudillos se volvieron blancos, esperaba que no sea algo peligroso para la circulación.

—Cállate, idiota, mamá nunca te dejaría hacer eso y trata de meterme en algún lugar y te descuartizo, yo sé dónde vives y quien se duerme primero— paró frente al edificio donde se supone "estudiaba".

—No me das miedo— bufó ante mi amenaza.

Le di mi mejor sonrisa, debía temerme, él sabía que mis amenazas se basaban en sus puntos débiles, y en el momento era su incierta relación con Nina, fui muy buena ayudándole a conseguirla, pero también era genial dejándolo en vergüenza, era una pequeña habilidad que Daniel me había enseñado de niños, 'Cómo manipular a Jake' o algo así lo había llamado.

A veces me daba pena por la forma en que nos aprovechábamos del sujeto, luego recordaba que mi hermano era un cerdo y se me pasaba.

—Lo que digas Jacob, te veré luego— hice un símbolo de 'paz y amor' acompañado de una sonrisa y me baje del auto, tire la puerta con fuerza.

—¿Acaso quieres comprarme una puerta nueva?— gruño.

—Nop, soy pobre, no tengo dinero, pero prometo ahorrar para tu cirugía— lo vi fruncir el ceño.

—¿Qué cirugía?— me miró raro.

—La de tu rostro— camine mientras escuchaba como comenzaba a insultarme, pensé en grabarlo y amenazarlo con mostrárselo a mamá, ya que la había insultado con una de sus vulgaridades, pero preferí no hacerlo, había hecho una excelente salida dramática.

Una vez más frente a mi casillero, estaba no buscaba en su interior libros, solo veía su interior lleno de fotos y estúpidos recortes que en algún momento considere que lucirían bien allí.

—¿Nostálgica?— Jason se apoyo en el casillero de al lado mostrándome una gran sonrisa.

—No. Simplemente pienso que tan loca estaba para poner esto aquí— tome un recorte de revista de un modelo con el torso desnudo, viéndolo un poco más de cerca entendí porque había conservado la foto, el hombre era sexy.

—Eras una adolescente hormonal, solo buscabas sexo— lo golpee en su brazo —¡No a la violencia!— se pasó la mano derecha por su hombro izquierdo adolorido, esperaba que le saliera un cardenal, amaría ver su piel morada o verde o amarilla, algo parecido a una fruta magullada sería genial.

—Explícale a tu cerebro que debe tener un filtro para todo lo que sale por tu asquerosa boca que lo único que guarda es mal aliento— cerré el rectángulo de metal y empecé a caminar hacia el salón.

—¡Cassie!— grito siguiéndome hasta posicionarse a mi lado —¿En serio tengo mal aliento?— murmuro en mi oído haciéndome reír, era tan fácil engañarlo, aun cuando estaba segura que conservaba el sabor de la crema mentolada que había usado antes de salir de su casa.

BrothersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora