Capítulo 33

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—¿Desde cuándo me llamas 'Edward'? Para ti soy 'Harry'— dijo el mayor de los Sullivan con mucha seriedad.

¿Enserio? ¿Esa era su mayor preocupación ante la situación? Debíamos ser rápidos y decidir entre decirle la verdad a su hermano y mi mejor amigo, o mentirle con una excusa creíble, pero no, él solo se estaba preocupando porque su hermano no lo llamara 'Edward' ¿Qué estaba mal con esa familia? ¿Acaso conocían la palabra 'normal'?

—Yo te llamo como a mí se me dé la gana, tengo dieciocho y puedo tomar mis propias decisiones— par de tarados, a falta de un mal, dos.

—Veremos si dices lo mismo cuando esa declaración llegué a los oídos de nuestra madre ¿Cuánto crees que dejara de darte? Que tu madre no te dinero a tu edad es como un suicidio, no más comidas chatarras, no más salidas con los amigos... — la nauseas se apoderaron de mi mientras él seguía con su discurso que no iba ningún lado que a mí me importara en realidad, mi mundo giraba y mis ojos estaban cerrados, aunque Edward había logrado acomodarme de manera que mi cabeza estuviera recostada en su pecho —...viéndolo bien sería algo bueno, serías un hombre saludable y mimado para la sociedad, la llamare— una de sus manos dejo de hacer contacto con mi cuerpo, supuse que intentaba agarrar su teléfono celular.

—¡No!— esa fue la voz de Ian —¿Qué te pasa imbécil? Eres peor que la peste— lo escuche quejarse.

—Gracias, lo sé— aun con los ojos cerrados podía sentir su sonrisa de satisfacción ¿Por qué? No estaba segura.

—¡Los Sullivan!—un rugido hizo a mis oídos doler, y si no estaba mal, esa había sido la voz de Daniel, él cual no tenía buenos recuerdos de ambos individuos —¿Cómo se atreven a estar en mi casa, par de desechos de la evolución? Aun recuerdo su bromita de tocar la puerta— escuche unos crujidos, estaba segura de que se había traqueado los dedos alistándose para dar una paliza.

Tal vez me hubiera opuesto y tratado de hacerlo entrar en razón, pero estaba tan cansada y preocupada que no me moví, además se lo merecían, sería lindo curarle las heridas a Edward, se vería sexy, así que yo estaba a favor de la pelea.

—¡Espera!— todos pretendían destrozarme los conductos auditivos, había sido el turno de Harry —Tengo a Cassie entre mis brazos, está a punto de desmayarse ¿Puedes esperar hasta que la lleve a su habitación? Mientras tanto puedes empezar con Ian— sonreí, seguro parecía un gesto de alguien drogado, pero sus declaraciones habían sido algo graciosas.

—¡¿Qué?!— otro grito perforo mis oídos, el tono de voz de todos me tenía loca, eran tan lindos cuando se quedaban callados —¡No seas cobarde! Eres el mayor, yo llevare a Cassandra a su habitación— no sabía cuál de los dos era más valiente.

—¡Soy el mayor cuando te conviene!— se quejo Edward, yo me estremecí, la cabeza me empezaba a palpitar —Lo siento, nena— besó mi cabeza —Te llevare a descansar— creo que asentí y sentí un movimiento debajo de mis rodillas, estaba siendo cargada como un bebé, me acurruque en su cuello y aspire su aroma, me podía quedar ahí una eternidad.

—¡Tu no vas a ninguna parte con mi hermana!— alguien comenzó a jalarme, no es que fuera un juguete o algo, aunque ellos no se esforzaban en tratarme diferente.

—No seas ridículo, la estás lastimando— los brazos de Edward se aferraron a mí, probablemente estaba buscando la manera de no lastimarme, aunque con Daniel del otro lado, eso no funcionaba mucho.

Esos momentos en que odias estar enferma porque no puedes defenderte o insultarlos en su defecto, porque si había algo que quería hacer, era insultar al par de cavernícolas que me estaban maltratando.

BrothersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora