LA CHICA CON EL ALMA DE HIERRO | Libro I Y II

1. Segundos de vida

Esta novela tiene como protagonista a Henrik Fields y Atenea Hamilton. Es una historia llena de pasión, intensidad, drama, y sobretodo amor, que hará vibrar todos tus sentidos. Vas a leer la historia más bonita del universo. Disfrútala. ❤️ (Está muy vinculada a la espiritualidad, y hay contenido adulto).

Instagram: @ carlaswritings

Tiktok: @ carlaswritings

Encontraréis vídeos de escenas de la novela y contenido exclusivo ❤️

BOOKTRAILER EN MULTIMEDIA

Llanto. Es lo único que puedo desprender de mí.

Me siento pequeña y no entiendo qué está pasando, solo escucho hablar a unas pocas personas muy cerca de mí, sintiendo cómo me balancean de un lado a otro y me dan palmaditas en el trasero.

Llanto y más llanto.

Aunque no es tristeza lo que siento, sino alegría. Infinita alegría por la maravillosa vida que he podido vivir en este corto tiempo y sobretodo por todas esas increíbles personas con las que he podido compartirla, porque sólo así se mide la felicidad: a través de las relaciones humanas.

Pese a todo, mis tormentos son los únicos que siguen vivos: no puedo dejar de pensar en todos los lugares que jamás visitaré, todas las oportunidades que perdí y todas las veces en las que pude hacer algo y, por miedo, no hice. Tantas cosas planeadas que jamás ocurrirán, siempre por haber tenido esa extraña obsesión por pensar en el futuro en vez de centrarme en mi presente, que era lo único real.

Nunca me vestiré de blanco para casarme con él. Nunca giraré ligeramente la cabeza para ver cómo el brazo de mi padre me sujeta fuertemente hasta llevarme al altar, nunca acabaré mi carrera universitaria con todo lo que me costó entrar en la facultad y nunca podré preocuparme de pagar las facturas de mi primer piso. Nunca tendré que pararme a pensar en los nombres que les pondré a mis hijos ni debatiré con mi marido a quién se parecen. Nunca me compraré ese vestido rojo de la tienda RoseMary que tanto deseaba ponérmelo en mi graduación y nunca podré hacer ese viaje a la India por el que llevo años ahorrando.

Y me arrepiento.

Me arrepiento de no haberle dicho a Nathan que me gustaba cuando teníamos seis años. Gracias por ser el primero que me hizo sentir mariposas en el estómago, aunque lo único que quería era jugar contigo a las cocinitas. Me arrepiento de no haber pedido perdón y por no haber ayudado a esa chica gótica con la que me crucé en la estación de tren que tomaba para llegar a la universidad, a la que empujé sin querer y por las prisas por no perder el dichoso tren, dejé que recogiera ella sola todas esas hojas de dibujos manga. Lo siento, quisiera volver atrás en el tiempo para ayudarte a recogerlos y para decirte que tienes mucho talento. Me arrepiento por haber tirado ese jarrón antiguo de casa de la abuela y por haberlo enterrado en el jardín, ahora jamás sabrán que todavía debe de estar ahí. Sé que estuvo mal, abuela, lo siento y te quiero. Me arrepiento por no haber dado las gracias a Justin por darme mi primer beso y por no contar lo mal que lo hice. Fue un placer que fueras tú, gracias por no ridiculizarme cuando pudiste hacerlo. Me arrepiento por todas las veces que he respondido mal a mis padres cuando sentía que no me comprendían y por no haberles dicho lo suficiente lo mucho que les quería. Gracias por haberme cuidado y protegido, pero sobretodo gracias por haberme querido, yo también os quiero.

Todo lo anterior ya forma parte del pasado. Pero quiero centrarme en entender que me he llevado muchas cosas que sólo podrán ser mías: como todas esas veces en las que me he sentido tan feliz, tan plena. Todas las veces que mis amigas me han hecho reír, las veces que mis padres me besaban la cabeza y me decían que todo saldría bien y esa sensación por sentirme tan amada... por él, por mi verdadero amor.