¡Y ya tenemos foto de Harvey en multimedia! ¿Qué vibra os da...?
Los días pasan demasiado rápido, pero no lo suficiente para que mis nervios se asienten en mi estómago. Reviso mi imagen en el espejo y doy mi aprobación mental a este conjunto de chándal formado por un top de color morado, unas mallas a juego y mis bambas blancas tan significativas. Me pongo un poco de rímel y me echo laca para que mis rizos permanezcan todo el día intactos.
Estos tres días han sido de lo más intensos. Henrik ha estado evitándome y me ha afectado en más de un sentido completamente nuevo para mí.
Mi mente sigue traicionándome en demasiadas ocasiones, a la mínima oportunidad vuelve a aparecerme la viva imagen de esa maldita fotografía y todo lo que conlleva, todo lo que despierta en mí. Cuando le vi entrar por la puerta de clase al día siguiente, aquella misma puerta por la que se fue enfurecido, el corazón me palpitaba a mil por hora, sentí que no le miraba de la misma forma y que quizás nunca podría volverlo a hacer. Algo cambió, algo se mantiene despierto y alerta en mi interior. Pero después, simplemente me acostumbré a estar en su presencia en la misma clase mientras él finge que no existo.
Vaya mierda, eh.
Quién sin duda sí es capaz de prestarme la atención que merezco, es Harvey. No pasa una sola hora en la que no esté en contacto conmigo, aunque sea tan sólo para hablarme del tiempo o para quejarse del tráfico de camino de casa al instituto. Y sin duda también está resultando ser algo nuevo para mí las millones de sensaciones que me invaden cuando me cruzo con él por los pasillos así como cuando me dedica una tierna y tímida sonrisa. Jamás pensé que me gustarían esas cursiladas, pero lo hacen, y nada ni nadie podrá quitarme esta sensación, esos nervios que siento en el estómago cuando le veo son suyos y son maravillosos. Me mira de una forma tan transparente y a la vez tan indomable... Pero lo que me supera, es la dulzura y la bondad que me transmite. Una palabra suya, una mirada, un gesto, una sonrisa, me hace mejor persona y hace que el corazón se me inunde de paz. Siento que algo en mi interior se une, algo en mí se recompone.
Pero ayer, él se atrevió a dar el primer paso: me pidió comer a solas con él, jamás nadie me pidió algo tan íntimo aunque sé que suena exagerado. Pero allí estaba yo, más arreglada de lo normal, con las piernas cruzadas y con un horrible tick de retocarme el pelo sobre el hombro una y otra vez.
Pero no todo fue malo, para nuestra suerte, el estilo cutre del comedor se vio mejorado y la comida estuvo realmente deliciosa. Aunque por otro lado, la falta de mesas para todos los estudiantes fue un problema y tanto mis amigas como sus amigos tuvieron que sentarse con nosotros, con lo cual en vez de ser una pequeña "cita" se convirtió en una reunión de amigos con todas sus letras. Recuerdo la carita de Harvey cuanto les vimos venir avergonzados por interrumpirnos, pero él sólo les sonreía.
Es luz.
Pero valió la pena cuando me di cuenta de que los dos grupos congenian a la perfección. Tenemos gustos distintos pero a la vez tenemos muchas cosas en común. Incluso hemos hablado de hacer una pequeña escapada a la playa.
Después de un rico desayuno con mis padres y de una pequeña charla con Holly antes de clases, reviso mi teléfono y muerdo mis labios al ver que Harvey me cita para encontrarnos junto a mi taquilla.
En el instituto, trato de buscar a las chicas, pero no diviso a ninguna, ni siquiera a Noora que suele ser la primera que nos espera junto a la puerta del edificio.
Al llegar a mi taquilla, abro la puerta metálica y cojo el libro de ciencias, dejando el de matemáticas en su lugar. Y antes de cerrarla, dos manos se posan sobre mis hombros y me hacen un pequeño intento de dulce masaje.
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LA CHICA CON EL ALMA DE HIERRO | Libro I Y II
Teen FictionAtenea Hamilton esconde en lo más profundo de su ser distintas historias, en las que todas tienen algo en común: él, Henrik. Tras siete vidas, estas dos almas se reencarnan una vez más para volverse a encontrar. Sin embargo, parece que esta vez el d...