Vale, coged palomitas y música relajante, este capítulo os va a dejar... ❤️🔥🔥
Inmóviles, incapaces de poder desviar la mirada hacia otro lugar que no sea el cuerpo del otro, y es que el suyo es lo más semejante al maldito paraíso. Toda su forma, sus músculos, el brillo de su piel e incluso el olor que soy capaz de sentir desde aquí y que se profundiza con cada paso que doy. Ni siquiera el ruido del agua que surge a través del limpio movimiento es capaz de apaciguar el sonido de mis latidos acelerados.
Mi cuerpo no está entrenado para todas las inesperadas palpitaciones que recorren mis venas desde que se ha bajado el maldito bóxer, cada célula de mi piel arde con intensidad queriendo salir y penetrar en la suya. Jamás pensé que era posible sentir tanta adrenalina con el simple poder de la mirada.
Él recorre mi cuerpo fijándose en esos dos puntos clave de mi delantera, deja caer sus hombros soltando la respiración con fuerza a través de su nariz. No hay sentimiento más puro y sincero que un suspiro. Él es quien se atreve a dar un paso hacia adelante, dándome la primera pista de que el cielo de esta noche será testigo de una auténtica fantasía. Sus tobillos empiezan a cubrirse y asumo que hay una especie de pequeños escalones. Miro hacia el agua, él asiente con confianza otorgándomela a mí para poder continuar. Su cuerpo ya está cubierto hasta las rodillas, yo me apresuro para estar al mismo nivel. Es cuando el agua alcanza su cintura cuando la imagen de su miembro queda dispersa ante mí.
Todavía no me quito de la cabeza su expresión al ver que por fin estaba desarmado ante mí.
Al igual que él, el agua cubre hasta mi cintura, pero mis pechos siguen descubiertos.
Antes era un pequeño juego de mostrar nuestros cuerpos y esconderlos para quedar encontrarlos de nuevo. Ahora, el juego es esa segunda parte en la que nos centramos en volver a conectar en esta noche de brujas en la que la pasión y el deseo me tienen completamente poseída, su mirada penetrante hacia mis virtudes me mantiene alerta y me siento embelesada por la lujuria tan excitante que, Harvey, jamás ha sido capaz de provocar en mí.
Finalmente, Henrik se planta y frena en seco. Mi pecho se encoge pensando en la mínima posibilidad que existe de que esté arrepentido y quiera salir corriendo, pero una vez más, no lo hace.
Estamos tan peligrosamente cerca que estoy deseando chocar mi cuerpo desnudo contra el suyo, y a la vez, temiéndolo. Alza la mano hasta posarla sobre mi mejilla, humedeciéndomela. Las gotas caen delicadamente sobre mi cuerpo intensificando la necesidad de abrazarle. Henrik está atento a cada detalle, fijando su mirada en cada gota. Consigo sentir su calor corporal fundido con el ambiente, puedo observar sus pupilas tan dilatadas que me permiten ver mi propio reflejo.
Las pupilas se dilatan cuando lo que ven despierta su corazón, solía decirnos la señora Renee.
Todas las definiciones de la palabra placer que se conocen en el terreno humano, me piden lanzarme. Necesito besarle hasta quedar con los labios hinchados durante todo el tiempo que sea necesario si eos conlleva poder saciarme.
Ahora sé, que todo lo que he podido conocer sobre la atracción, siempre ha tenido un vínculo directo con él, por mucho que haya luchado por querer sentir lo mismo con Harvey.
Atracción, son las mariposas en el estómago cuando le veo cerca de mí, y cómo se revolucionan al verle con Heather. Son las lágrimas deseando escapar por esa persona que te apasiona, que te hechiza, cuya cada palabra, mirada y tacto te hace vibrar. Es el deseo convertido en miedo porque tiene el maldito poder de romperte el corazón en mil pedazos. Es la maldita necesidad de unirte a él de todas las formas humanamente posibles.
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LA CHICA CON EL ALMA DE HIERRO | Libro I Y II
Teen FictionAtenea Hamilton esconde en lo más profundo de su ser distintas historias, en las que todas tienen algo en común: él, Henrik. Tras siete vidas, estas dos almas se reencarnan una vez más para volverse a encontrar. Sin embargo, parece que esta vez el d...