18. ¡Es la fiesta del siglo!

466 42 4
                                    

Aquí dejamos fotito de MIA (rubia) y RHONDA (morena) ¿qué opináis de cada una?

Aquí dejamos fotito de MIA (rubia) y RHONDA (morena) ¿qué opináis de cada una?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mis piernas tiemblan, pero eso no me impide salir de casa lo más rápido que puedo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mis piernas tiemblan, pero eso no me impide salir de casa lo más rápido que puedo. Papá grita mi nombre sorprendido, pero hago caso omiso.

Quiero dejarlo todo atrás, quiero dejar de creer que mi vida está en una especie de conexión perfecta con el destino y que estoy aquí para vivir algo grande. Porque lo único que pienso vivir ahora, es esa fiesta. No me importará nada más que eso.

Me niego a tenerle una sola vez más en mis pensamientos, no quiero volver a hablar con él. Porque se ha reído de mí, cree que soy tan estúpida que creeré cualquier cosa que diga, cuando le tienen que obligar para hacerme el bien.

Se acabó, dejo de darte ese poder.

Sigo la ubicación que me ha mandado Mia, me ha dicho que el lugar que tenía pensado para tomar algo con las chicas estaba cerrado, así que ya están todas en la fiesta. Por suerte, la casa de Big Jonas no queda demasiado lejos del instituto. Eso me da ventaja para no tener más tiempo a seguir pensando en él.

No es difícil distinguir la casa, pues es la más iluminada entre el resto que están completamente apagadas. Los jardines son tan amplios que seguro que los vecinos apenas se han dado cuenta de la que hay montada. Hay gente en el césped y en el porche, las paredes parecen insonorizadas porque no se escucha excesivamente la música.

Punto negativo para Shay y para mí.

¡Al fin! -Rebecca me saluda en cuanto entro por la puerta.

Decido sonreír pese a que mi interior aún me pide llorar. Mia aparece a un lado con un tío que la rodea de la cintura, ambos con una copa de vino en la mano.

- ¡Novatilla no tan de pacotilla! -saluda. La maldigo mentalmente pero en realidad me ha hecho reír-. ¡Nos encontraste!

- Y qué suerte que yo te encontré a ti, princesa -le dice él con voz de borracho.

- Tú ya te puedes ir -le reprende, obligándole a que la suelte.

- ¿Qué? ¿Por qué? Nos lo estábamos pasando bien.

LA CHICA CON EL ALMA DE HIERRO | Libro I Y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora