Capitulo 2

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Después de la conversación super madura que tuve con Tomas. Nuestra madre nos ordenó subirnos al auto y esperar a que ella terminara de empacar lo poco que faltaba. Me ofrecí a ayudarla pero me dijo que cuidara al demonio que tengo como hermano. Así que ahora estamos encerrados, mi madre le puso seguro a la puerta, y como si eso no fuera suficiente para colmar mi paciencia. Tomas empezó a cantar una canción sobre pollos que tienen hambre.

- Los pollitos dicen pio pio piio, cuando tienen hambre cuando tienen frío.- Grito más fuerte, ha cantado esa misma canción desde que nos encerraron hace media hora. Estoy a punto de arrancarle la cabeza y alimentar a los pollitos.

Aunque estoy segura de que los pollos no comen porquerías.

-Hermanito.-le llame haciendo que se callara.- Te aconsejo que busques otra profesión porque como cantante... digamos que, bueno... cantas horrible, no quiero que vayas por el mundo dañando la audición de las personas.-Le dije en el tono más amable que pude. Él me sonrió falsamente.

-La envidia es mala pequeña hermanita.-Lo mire mal, pero luego le di una gran sonrisa.

-Pequeña.-le dije aun sonriendo.-Pequeña la que tienes en medio de las piernas.- Me miro mal, se cruzó de brazos y me dio la espalda.- La verdad duele ¿verdad que si mi pequeño hermanito? -Giró su cabeza hacia mi y me saco la lengua. ¿Ya he hablado de lo maduro que es?

Después de aproximadamente quince minutos Tomas seguía sin hablarme. En este momento me arrepiento de no haber traído un libro conmigo, el silencio es algo raro de escuchar en mi familia. Bueno, mas bien, es algo raro por parte de Tomas.

-Tengo hambre.- Dijo sacándome de mis pensamientos.

-Has roto un nuevo récord. No hablaste por quince minutos ¿Cómo te sientes?.- Le pregunté con fingido interés.

-Con hambre, mucha hambre.-Dijo tocando su estomago.

-Ya se han demorado bastante, creo que debemos ir a buscarlos.-Le dije ya con el trasero adormecido. No es bueno estar sentada sin hacer nada.

- Si... Usaré las llaves de repuesto que me dio papá.-Dijo MIENTRAS sacaba unas llaves del bolsillo trasero de su pantalón.

-Oye espera, si tienes esas llaves ¿Por qué diablos no nos sacaste antes? .- Le pregunté molesta.

-La respuesta es muy sencilla linda hermanita adoptada.-Lo mire mal.- No nos saque antes porque te estaba deleitando con mi hermosa canción de los pollitos, es obvio.

Tranquila. Respira, no lo puedes asesinar. No puedes. Recuérdalo ¡No a los asesinatos!

-Okey... Sácame rápido de este estúpido auto antes que pierda la poca paciencia que la diosa me regalo.-Estaba apunto de perder la cordura y el lo sabia así que se apresuro a abrir la puerta.

- Donde estaban, los estuve buscando por toda la casa.- Dijo mi padre saliendo de la casa.

-Mamá nos encerró en el auto.- Dijimos Tomás y yo al mismo tiempo. Papá nos miró mal, no le gusta que hablemos al mismo tiempo.

-Hablando de su madre, no la he visto en un largo rato, iré a buscarla.- Dijo dirigiéndose a la casa.

-¿Y nosotros? .- Pregunte en tono tierno.-¿Nos vas a dejar aquí solitos?.

-Yo tengo hambre, no nos abandones.- Dijo Tomas apunto de llorar. Dramaqueen.

-Vayan a la manada nos veremos allí, no hagan ninguna travesura hasta que yo llegue. -Dijo nuestro padre en tono amenazante.

-¿Cómo piensas que llegaremos hasta allá? no se tu pero yo no voy allá desde que... Bueno, desde hace mucho.

-Yo se llegar.- Le dije con desinterés.

RECHAZADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora