Una vez volvimos a la manada Antonio muy emocionado me preguntó.
-¿A qué hora te parece conveniente nuestra cita?- Lo había olvidado por completo. - Aunque si estás muy cansada podemos dejarla para mañana. - Dijo un poco menos animado mientras entrábamos a la mansión del Alpha. La verdad no me apetece hacer nada con la mejilla así de roja...¡Pero la idea de una cita me hace mucha ilusión!
-Pues... No lo se ¿Qué tienes en mente?
-Es una sorpresa! - Me dijo sonriente. Lo miré mal.
-No tienes nada organizado ¿Verdad? - Pregunté arrepintiéndome un poco de esto.
-¡Claro que sí! ¿Por quién me tomas? - Dijo haciéndose el ofendido. - Solo te diré cómo tienes que ir vestida... Aunque Tomas lo sabe y él te ayudará a escoger la ropa... Sabes que, mejor olvídalo. No es necesario decirte nada.
-¿Me estás diciendo que le dijiste a Tomas tus planes? - Esto será fácil, Tomas suelta la lengua muy rápido, no es capaz de guardar ningún secreto.
-No. No soy idiota. - Dijo mirándome mal. - Le dije cómo deberías ir vestida, y le sugerí un color...
-¿Cuál?. - Pregunté con intriga.
-¡Chismosa! - Dijo para sacarme la lengua. No pude evitar una carcajada. Me miró de manera extraña.
-Eres adorable. - Lo miré mal. - ¿Qué es esa habitación? - preguntó señalando la puerta dorada de la oficina del Alpha. Jace está ahí.
-La oficina del Alpha.- Dije bajo para que no nos escucharan.
-¡Que ostentoso! El Alpha debe ser un gran sujeto. ¿Acaso no está ahí...? -Lo corte.
-Si, ahí está. Vámonos rápido. - Dije tomándolo de la mano para que se apresurara.
-¡Como ordené! - dijo divertido siguiéndome el paso.-... Son las 5 p.m. ¿Te parece bien a las 8?
-Me parece bien, pero tendrás que darme de comer. Esa es precisamente la hora de la cena.- Le dije sonriendo.
-Eso no será un problema. - Giño un ojo. - Pasaré por ti faltando 5 minutos... A menos que se te haga tarde. - Comentó divertido.
-Okey. - Dije entusiasmada. - Trataré de ser puntual.
-Dile eso a Tomas. - Se río. Me dejó en la puerta de mi habitación y me dijo. - Quiero hablar algunas cosas contigo. - Lo miré confundida. - Para aclarar unas cosas... ¡No es nada malo!
-Entiendo... - Le dije sin entender realmente. - Entonces te espero a las 8.
-Claro, nos vemos. - Me dio un beso delicado de imprevisto en la mejilla lastimada y desapareció por los pasillos.
Es... Muy agradable.
Entre a mi habitación dispuesta a descansar un poco. Pero apenas entré Tomas se puso enfrente y empezó a decir, bueno gritar.
-¡¡¡Quiere que te vistas muy elegante y de color rojo!!!-Lo miré asustada. ¿Está loco? - ¡Lo siento! ¡No pude guardar el secreto por más tiempo! Me dijo que tratara de no decirte ¡Pero es imposible! - Tomas estaba alterado. - ¡Estaba tan emocionado que fui a todas las Boutiques que pude encontrar y compré 5 vestidos rojos de tu talla!- Dijo quedando sin aire. - ¡Ahora no sé cual me gusta más!
Miré hacia mi cama y efectivamente habían 5 vestidos rojos muy elegantes. Tomas parece más emocionado que yo, que soy la que tiene una cita.
-Tomas... - Intente decir.
-¡Tienes que probarlos todos! El que mejor te quede será el elegido.- Dijo tan rápido que apenas lo pude entender. - Debo empezar a pensar en tu maquillaje y peinado. ¡Y los zapatos! Dependiendo del vestido que escojamos ¿Debería llevar una bolsa de mano? ¿O es algo más informal, pero formal? ¡Le pediré a mamá sus joyas prestadas! - Dijo para salir velozmente de mi habitación. Pero volvió a entrar apresurado-¡No te quedes allí parada como tonta! ¡Ve a darte un baño! Lávate el cabello. Te haré lucir super wau para la cita. - Dicho esto salió, ahora sí por completo de la habitación mientras cantaba la canción de La la dama y el vagabundo.
Creo que no podré descansar... Ha sido un día muy largo, y aún no termina. Si no estuviera tan emocionada por la cita dormiría hasta año nuevo del 2260. Empecé a quitarme la ropa para meterme al baño. Miré todos los vestidos de Tomas, tengo que admitir que tiene un muy buen gusto. Todos eran rojos, pero en diferentes tonos. Uno era más oscuro como el vino, otro brillante como la sangre, uno que era más anaranjado que rojo. Ese definitivamente no. Ya desnuda me dispuse a meterme a la ducha, tome una toalla y...
Tocaron la puerta. ¿Otra vez Tomas? ¿Tan rápido se acabó mi paz? Me cubrí con la toalla y mientras abría la puerta dije en tono cansado.
-¿No puedes dejarme bañar en paz pejelagarto, o es muy... ?- Paré de hablar cuando me di cuenta de que no era el pejelagarto Tomas. Era Jace, mirándome como si quisiera comerme de un solo bocado.-¡Jace! ¿Qué diablos...?
Antes de dejarme terminar la oración, se adentro en mi habitación bruscamente. Cerró la puerta tras de él y me tomó en sus brazos. Todo esto en milésimas de segundo, agarré mi toalla con más fuerza. Estuve a punto de decirle algo para que me soltara pero su hambrienta mirada me quitó el habla, me observó de arriba a abajo, como un león a su presa antes de devorarla. Sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo y los escalofríos no se hicieron esperar. Se acercó más a mi y me empezó a besar con fuerza, al principio no le respondí, quedé helada. ¿Su lobo tomó el control y por eso hace esto? Con este pensamiento empecé a seguirle el beso, y a medida que lo hacía más delicado se volvía. Empezó a acariciarme la nuca y con otra mano me tomaba firmemente contra él apretando más constantemente. Con una mano empecé a acariciar su cara, y con la otra tomé fuertemente la toalla. Él empezó a avanzar aún besándome en dirección a la cama. Ahí desperté de ese dulce y tan anhelado sueño. Me puse firme en el suelo evitando que avanzará más y lentamente me separe de sus labios.
-Jace... - Susurré con la voz entrecortada. Realmente creí que era su lobo quien había tomado el control y había hecho esto. Su lobo no tiene la culpa de las idioteces de Él. Me miró con anhelo como si deseara seguir con esto eternamente. Pero no estoy para juegos absurdos. Me separe bruscamente de él.
-¿Qué diablos te sucede?- Espete enojada, acomodando mi toalla. -¿Qué pretendes con todo esto?- Le grite alejándome lo más que pude.
-Solo... Venía a hacerte una pregunta... Pero verte así... No me pude controlar.- Dijo agitado, pero no arrepentido.
-¿Qué maldita pregunta? ¿No te pudiste controlar? ¿Eres un troglodita o un niño acaso? Lo aceptaría si hubiese sido Zenon, lo entendería. Pero ¿Tú? Lo único que has hecho es rechazarme y tratar de humillarme.
-Lo sé. - Dijo cabizbajo. - Se que la pregunta sobra, más aún después de todo lo que has dicho...- Dijo en susurro. Y mirándome a los ojos me preguntó muy seriamente. - Si te pidiera perdón... Por todo el mal que te he hecho. ¿Lograrías perdonarme y aceptarme como tu mate?
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RECHAZADA.
Manusia Serigala-Ves muchas películas ¿Cierto?.- Tomo mi rostro entre sus fuertes manos, se ve asustado. Pero con voz firme exclamó lo más doloroso que un lobo puede escuchar.- Yo Jace Schwarz. Próximo Alpha de la manada Glowing Moon te rechazo a tí Sofia Rowling c...