Capítulo 16

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-¡Despierten de una buena vez! .- Escuche el melodioso grito de mi madre, repentinamente sentí frío en todo el cuerpo. Me ha quitado mi cobija. ¿Por qué tanta hostilidad?. Escuche un quejido a mi lado.

-¡Mamá! deja dormir tengo sueño.-Dijo mi hermano con voz adormilada. ¿Tomas está en mi habitación?

-Se supone que hace una hora debieron llegar al instituto.-Dijo nuestra madre encolerizada.-¿Por qué siguen viéndome así? ¡Vayan a cambiarse!.- Dijo en tono autoritario.

-¿¡PORQUE ERES TAN CRUEL Y VIL!?.-Le gritó mi hermano quien, al parecer, estaba al borde del llanto.- ¡Déjame dormir! .-Debido a experiencias pasadas no me moleste por gastar saliva. Esa mala mujer no me dejará dormir ni un minuto más. Me levanté de la comodidad de las sabanas y me expuse al frío ambiente de la habitación, la cual me acabo de dar cuenta, no es la mía.

Ya decía yo esa cama no se compara con la mía. La mía es la cama más preciosa que se pudo haber construido. Salí de la habitación de Tomas, aún escucho los gritos de mamá y los intentos fallidos de Tomas por quedarse en cama; Patético. Una vez en mi habitación, me adentre directamente hacia la ducha, para mi desgracia estaba tan dormida que no me di cuenta que me empecé a bañar con ropa puesta. Me encantaría decir que es la primera vez que me pasa. Enserio me encantaría. me quite la ropa ya empapada y seguí con mi rutina normal preparada específicamente para las hermosas mañanas de instituto.

-¡Tengo sueño! .-Dije con la cabeza pegada en la mesa del comedor. Tomas, quien está a mi lado, está en la misma posición, solo que él está con la boca abierta y parece zombie. Yo en cambio, me veo divina, como siempre.

-¡TENGO HAMBRE! .-Gritó Tomas.- ¿NADIE ESCUCHA EL RUGIDO DE MI PANZA? ¡ALIMENTENME! .-Gritó Tomas con excesivo dramatismo.

-Lo-lo lamento joven.-dijo una chica, ni idea de dónde salió.- El desayuno se sirve a una hora especifica, y si no asiste entonces...- la chica se calló al ver la cara de furioso de Tomas. La pobre está aterrorizada, por como veo la situación tengo dos opciones. Una llevarme a Tomas y alimentarlo por mi cuenta, osea gastar mi dinero, y la segunda sería dejar que mate a la chica. Ninguna de las dos me resulta tentadora. Vi como Tomas se tragó su furia para hablar.

-No hay problema linda.-Dijo Tomas en tono suave, elegante. Le mostro una sonrisa sincera a la chica. La cual al parecer la perturbó más porque salió corriendo del comedor.

-Eres tan feo que salió corriendo.-Le dije a él desconcertado Tomas, él volteo a verme confundido.

-¿La trate mal? .- Preguntó.

-Para nada, seguramente se asustó porque pensó que le coqueteabas, así cualquiera se asusta. Hasta yo que no le temo a nada- Le dije con una mano en su hombro.

-Bueno, tengo hambre.-dijo Tomas estirándose. -Deberíamos irnos al instituto. ¿Cuánto tiempo tendremos que ir?.

-Yo solo unos... ¿Dos meses?, no estoy segura, pero a ti te toca hasta que se termine el ciclo.-el me miró con los ojos sumamente abiertos.

-¡¿QUE!?.-Pregunto exaltado.

-Que tienes que ir hasta el final del ciclo, ¿Acaso estas sordo?.- Le pregunté mientras caminaba a la salida de la casa.

-¡No es justo! .- dijo siguiéndome molesto.

-Tienes razón.- Dije sincera, me miró sorprendido por darle la razón en algo.

-Wooaa, me has dado la razón. ¡ES UN MILAGRO DE NAVIDAD!.-Dijo saltando de un lado a otro.

-¿Navidad? Tomas, estamos en Marzo.

-Es una navidad atrasada.-Dijo con obviedad.

-Como digas Tomo.- Le dije en tono divertido, él me miró mal.

Entre bromas y tonterías por parte de Tomas llegamos al instituto de la manada. Antes de entrar obviamente pasamos por un puesto de comidas, llevar a Tomas a cualquier lugar con la panza vacía es un peligro. Cuando al fin terminamos de comer ya solo faltaban dos horas para que acabaran las clases.

-Solo dos horas, solo dos horas, solo dos horas...-Recitaba Tomas en susurros, lo cual es totalmente inútil considerando que casi todos aquí son lobos y lo escuchan. Entramos a la oficina del director, una vez dentro me di cuenta de 3 cosas. La primera, el director tiene esposa. La segunda, el director le es infiel a su esposa. La tercera le es infiel con su secretaria. -Solo dos horas, solo dos...- Seguía Tomas sin prestar mucha atención a la escena que el director y su secretaria dan justo al frente de una linda foto familiar y una de un matrimonio.

Me aclaré la garganta y miré al director y a la secretaría con una sonrisa.-Disculpen la interrupción, pero necesitamos nuestros horarios. La secretaria bajo de las piernas del director, se acomodo la falda y se dirigió con la cabeza gacha a su escritorio.

-¿Cómo está su esposa señor director? he escuchado rumores de que está embarazada nuevamente.- El director se mantuvo como si yo no hubiese dicho nada pero escuche un crujido a mis espaldas, gire un poco mi cabeza y vi que la secretaría había roto un bolígrafo, le sonreí amablemente.

-Odio que eso pase. A veces no controlo mi fuerza del todo.-Le dije con amabilidad, pero ella estaba muy ocupada tratando de asesinar al director con la mirada como para prestarme la mas mínima atención.

Después de unos minutos de miradas de odio, la secretaria nos dio los horarios y un, innecesario, mapa del instituto.

-Puede retirarse señorita...- Empezó el director pero paró cuando se dio cuenta que no tenía idea de cual era mi nombre ni tampoco el de mi hermano, el cual sigue recitando "Solo dos horas",-Disculpe señorita, ¿Cuáles son sus nombres?.- Sonreí mientras veía cómo cambiaba su expresión al escuchar mi nombre, podría acostumbrarme a esto.

-Yo soy Sofia Rowling, y este. - Señale a mi hermano. - Es Tomas Rowling.

-¿Ustedes son...? No los esperábamos sino hasta la otra semana.-Dijo él con tono apenado. El director, como la mayoría de los licántropos, es un hombre alto y fornido. Es rubio, tiene los ojos verdes y una sonrisa que hace que las secretarias le caigan por montones. Como hemos podido apreciar.

-Como puede ver, llegamos antes.- Le dije sin sonreír.-Ahora, si nos disculpa nos retiramos, vamos un poco tarde a clases.-Dije tomando el cuello de la camisa de Tomas para sacarlo de allí. Me miró con los ojos esperanzados y preguntó.

-¿Ya pasaron las dos horas? .-Le mire con pesar.

-No ha pasado ni una hora.

RECHAZADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora